Ingredientes:
*700 ml de leche
*250 ml de nata (crema de leche) líquida para montar (35% de materia grasa)
*150 g de azúcar
*la piel de un limón grande
*un palo de canela
*dos sobres de preparado para cuajada
*200 g de galletas
*60 g de mantequilla
Preparación
Con thermomix:
Ponemos en el vaso las galletas y trituramos a velocidad progresiva 7-10. Añadimos la mantequilla y programamos dos minutos en velocidad 2. Ponemos esta mezcla en un molde de 26 cm de diámetro que previamente habremos engrasado. Lo aplastamos con el fondo de un vaso y limpiamos las paredes, para que no queden restos y luego la tarta quede más bonita. Reservaremos en la nevera.
Ponemos el resto de los ingredientes (incluida la cuajada) en el vaso y programamos dos minutos a 90 °C en velocidad 2 y giro a la izquierda. Retiramos la piel de limón y la canela.
Vertemos la mezcla sobre la base de la de galletas ayudándonos de una cuchara para que no caiga todo de golpe y nos estropee la base de galletas.
La introduciremos en la nevera durante un mínimo de cuatro horas, mejor si la dejamos de un día para otro, ya que como más rica esta es bien fresquita. Espolvoreamos con canela molida.
Sin thermomix:
Trituramos las galletas en la batidora o con un rodillo hasta que queden reducidas a harina. Las mezclamos con la mantequilla derretida (la derretiremos de 30 en 30 segundos en el microondas) hasta formar una pasta. La ponemos en el molde desmontable previamente engrasado y aplastamos con el vaso, como en la preparación anterior, limpiando bien las paredes para que quede más bonita. Reservaremos en la nevera mientras continuamos con la receta.
Ponemos al fuego la leche con la nata (crema de leche), el azúcar, el palo de canela y el limón. Tiene que estar a fuego muy lento para que no se nos agarre. Cuando ya esté caliente, sacamos un par de cazos de leche y disolvemos la cuajada hasta que no queden grumos. Volvemos a poner al fuego cuando vemos que va a romper a hervir y lo retiramos. Sacamos la canela y el limón.
Ponemos la mezcla sobre la base de galletas con mucho cuidado y ayudándonos con una cuchara para que no se nos estropee la base de galletas y dejamos enfriar en la nevera un mínimo de cuatro horas, aunque mejor toda la noche.
Servimos bien fría y espolvoreada con canela molida.
¡Buen provecho!