Si hay una constante en mi trayectoria on line es que no siempre llego a tiempo a todos los compromisos y retos que me propongo. Además, como si siguiera al pie de la letra la famosa Ley de Murphy, eso suele pasarme con la gente que más me importa.
Esta vez le ha tocado el turno a mi amiga Mon, responsable de April"s Kitch. El pasado febrero me contó todo lo que estaba organizando para la celebración del Tercer Aniversario de su blog. En esa misma conversación recordé esta película tan especial, LA GRAN FAMILIA (1962) y la escena de la Primera Comunión.
No cumplo con el plazo de presentación. Algo imperdonable por mi parte porque he tenido tiempo de sobra. La culpa la tiene esa costumbre tan arraigada en mi de estudiar el día antes del examen y dejarlo todo para última hora. Estoy fuera de concurso. Lo sé, pero no por ello voy a dejar de participar con una FELICITACIÓN personal para mi querida Mon.
La película elegida es un clásico del cine español de principios de los sesenta. Dirigida por Fernando Palacios, la trama gira en torno a un aparejador (Alberto Closas) que hace verdaderos equilibrios para mantener a su mujer (Amparo Soler Leal), sus 15 hijos y al abuelo. Aquí podéis ver un trailler que os dará una idea del tono general de la cinta.
A pesar de haber nacido en una familia numerosa, esta película siempre me recuerda a Lourdes, una de mis mejores amigas del colegio. Tenía 11 hermanos y, al igual que nos pasaba a nosotros, nunca se cuestionaba si había uno más para la comida o la cena. Me encantaba estar en su casa y ver la despensa. ¡Parecía una tienda! Los litros de leche y las cajas de cola-cao se multiplicaban por las estanterías. Y lo mejor era ver las bandejas de croquetas preparadas para la cena. ¡Increíble!
Volviendo a la película, hay dos personajes clave en la misma: José Luis López Vázquez, el padrino pastelero del que todos esperan algún que otro dulce en cuanto entra por la puerta, y el maravilloso Pepe Isbert, como el abuelo al que sus nietos le roban los tebeos que colecciona ("Quien es el bandolero que me hurta mis tebeos para forrar los libros").
Tampoco hay que olvidar la escena de Chencho, cuando se pierde entre los puestos de Navidad de la Plaza Mayor un 24 de diciembre (algo que ya forma parte de la historia de la propia plaza).
Yo en cambio he decidido hacerle un guiño a otro de los personajes: Críspulo (interpretado por un joven Pedro Mari Sánchez), que ocupa la 9ª posición de los hermanos y es conocido como "El Petardista". Su nombre ya lo dice todo. El horror de cualquier familia, especialista en bloquear el ascensor y soltar alguna que otra bengala ruidosa por el patio interior de su edificio.
Críspulo y su hermana hacen la Primera Comunión y la comida se celebra en la pastelería del padrino.
Al más travieso de toda la tropa, vestido de gran almirante con galones y cordón cruzado, le dejan meterse en la cocina para decorar la tarta. ¡La escena no tiene precio!
¡Venga, el cucurucho de nata (crema de leche)! ¡Bien lleno! -vociferaba Críspulo todo excitado ante el primer piso de su tarta. Y al poner la manga pastelera de frente para ver qué pasaba, apretó y se llenó la cara de nata (crema de leche).
Si es que no sigues las reglas de la artesania -le dijo el pastelero todo apurado. ¡No aprietes tanto!
Es que sale muy poca
Es que si aprietas tanto .... Y en ese momento, otro chorretón vuelve a decorar su cara y el almirante queda convertido en un simple marinero raso.
Mientras tanto, el abuelo, va cogiendo de la cazuela unas bolitas redondas. Parece como si confitara guindas o cerezas. Lo malo es que una va a la tarta y otra a la boca.
¡Como entiendo a Críspulo! Yo tampoco soy nada experta con la manga pastelera pero reconozco que me pierde todo lo que lleva nata (crema de leche). He tenido alguna que otra experiencia un tanto desastrosa, como esta Tarta doble de Fresones con Nata (crema de leche) (la historia de un equilibrio inestable).
No hace falta que explique muy en detalle que siempre busco una salida airosa, rápida, sencilla y rica en todas mis incursiones culinarias. Por eso quiero ofrecerle a Críspulo mi último descubrimiento para conseguir un postre de "altura" en pocos minutos. Aquí tenéis mi TORRE DE BOCADITOS DE NATA (crema de leche).
Truco 1
Comprar los bocaditos ya hechos. ¡Qué haría yo sin Makro!
Truco 2
Montar la nata (crema de leche) con un poco Agar Agar para darle más consistencia y evitar que se caiga. He añadido una cucharadita de café a los 500 ml. de nata (crema de leche). También he utilizado azúcar glass para darle el punto dulce deseado.
Truco 3
Esta vez he ido derecha a por el tema del equilibrio. He preparado una base de poliestireno que he ido cortando y pegando hasta conseguir la forma piramidal que buscaba.
Truco 4
Para hacer el agujero de los bocaditos por la base utilicé una carcasa de bolígrafo Bic de los de toda la vida. Tiene el diámetro perfecto para luego poder encajar la manga pastelera con la nata (crema de leche).
Truco 5
Todos los bocaditos están sujetos con un palillo finito que se clava en la base de poliestireno.
Y para terminar, azúcar glass espolvoreado por encima.
Tengo que confesar una cosa. ¡Me estoy viniendo arriba! Os juro que cuando estaba pensando en la pirámide tuve un momento "croquembouche". Ya me veía hundiendo las bolitas en caramelo y consiguiendo un cono perfecto. ¡Menos mal que al final tuve algo de sensatez! No tengo que esforzarme mucho para visualizar dónde habrían acabado mis profiteroles.
Y ésto es todo. Espero que os haya gustado mi versión super "rápida y resolutiva" de los bocaditos de nata (crema de leche), o cómo impresionar a tus invitados en una celebración especial.
Mon, eres una de las buenas experiencias que me ha brindado este blog. Me encanta compartir mi loco mundo contigo. Feliz 3er Aniversario.