En el blog hay varias recetas de torrijas que no os podéis perder: las Torrijas de naranja, cardamomo, canela y Cointreau, que son vuestras favoritas (y las mías) y las que he usado para esta receta; las torrijas brioche de anís, canela y limón; y las torrijas con salsa de chocolate blanco, con leche infusionada con canela, limón, vainilla y Amaretto. ¡Que nunca falte un buen licor! Es el toque definitivo para una buena torrija. ¡He dicho!
Además, en el blog tenéis dos recetas de pan perfectos para hacerlas: pan de torrijas, más clásico, con buena miga, que deberéis dejar secar un poco, que se quede un pelín duro, para que moje mejor; y el pan brioche, que le da un sabor e intensidad extra que es para morirse. Ambas opciones son fantásticas, pero también podéis, como yo en este caso, usar pan duro, de dos o tres días, que me sobró de una comida, que era muy ancho, y con el que salen unas torrijas estupendas... ¡Y enormes!
Estas torrijas con crema pastelera quemada son lo mejor que vais a ver en la red en el día de hoy. ¡Ya estáis corriendo a hacerlas en casa y disfrutar de este pecado que os hará olvidar todos los males desde el momento en el que las probéis! ¡Seguro que os encantan!
TORRIJAS CON CREMA PASTELERA QUEMADA
Dificultad: Fácil
Horneado: Sin horno
Tiempo: 30 mins (aprox)
Temporada: Semana Santa
Raciones: 4 personas
Etiquetas: Postre, bollería, aperitivo
Trotamundos: Europa
Adaptada de: Torrijas favoritas
INGREDIENTES
Esta receta de torrijas (pincha aquí)
Para la crema pastelera quemada
250 ml de leche
50 gr de azúcar
25 gr de maicena
2 yemas de huevo
Una cucharadita de vainilla en pasta
Corteza de un limón
Una ramita de canela
Una cucharada de azúcar blanco por torrija
CÓMO SE HACE
- Comenzamos con la crema pastelera. Es la cantidad perfecta para cuatro o cinco torrijas grandes (muy grandes) o unas 10 pequeñas. En un cazo ponemos la leche, la vainilla en pasta, la cáscara de limón y el palito de canela a fuego medio alto, hasta que esté a punto de hervir. En ese momento retiramos la canela y la cáscara del limón.
- En un bol, aparte, mezclamos la maicena con el azúcar. Añadimos medio vaso de leche caliente y las yemas de los huevos ligeramente batidas.
- Mezclamos bien todos los ingredientes y los añadimos a la leche caliente. Con unas varillas vamos removiendo con cuidado toda la mezcla a fuego medio, mientras dejamos que espese. En ese momento retiramos del fuego.
- Cubrimos con papel film tocando la superficie, para evitar costras, y dejamos que se enfríe por completo. Podemos hacerlo el día anterior sin problema, guardándola en el frigorífico y atemperándola en el momento en el que vayamos a usar.
- Preparamos nuestras torrijas favoritas. Yo lo he hecho con una de mis recetas del blog, que podéis seguir pinchando aquí, pero podéis hacer la que más os guste. Os recomiendo que dejéis el pan humedeciéndose varias horas, chupando la leche, incluso de un día para otro... ¡queda increíble! Si lo tratas con cuidado no se rompe.
- Una vez fritas las torrijas y pasadas por azúcar y canela, cubrimos una de las superficies con crema pastelera, no hace falta que os paséis, poned una cucharada y extendedla bien.
- Espolvoreamos con una cucharada de azúcar blanco y quemamos con un soplete. ¡Queda increíble!
- Servimos inmediatamente.
¡A disfrutar!
TRUCOS Y CONSEJOS
Podéis usar vuestra receta de torrijas favorita. Yo he usado la que más éxito tiene en el blog, pero podéis usar la que más os guste. Podéis incluso usar alguna comprada.
Yo he mantenido el pan bañado en la leche infusionada toda la noche y lo he tratado después con mucho cuidado.
Comerlas recién hechas es una delicia. Si no, calentadlas un pelín antes.
Si quemáis el azúcar y estáis mucho tiempo antes de comerlo, se ablandará.