Aunque es una ciudad mundialmente famosa por su belleza, cada vez que voy vuelvo a enamorarme. No sé si es la luz, el aire o qué tiene Granada que me alegra el alma. Tal vez sea simplemente que es mi tierra.
De momento no me he visto capaz de dedicar unas galletas dignas a Granada, aunque sé que las tengo pendientes. Pero al descubrir unos stencils que recordaban a los mosaicos de la Alhambra, no pude resistirme a hacer unas galletas con ellos. A todos los que no hayan visitado la Alhambra les recomiendo comenzar a preparar el viaje ya; sencillamente no conozco a nadie que se haya visto decepcionado por la imponente belleza de esta joya del arte islámico.
Este que os presento hoy es sólo un boceto de las galletas que espero hacer dentro de no mucho. Un ejercicio de preparación para hacer unos buenos azulejos nazaríes.
Para hacer unas galletas de mosaico de azulejos, es necesario tener un cortador específico que nos ayude a hornear galletas totalmente cuadradas para que encajen a la perfección. Como yo no lo tengo, siempre se puede cortar la masa con un cortador cuadrado dejando las galletas completamente pegadas entre ellas, y nada más sacarlas del horno terminar de separarlas con un cuchillo; o incluso cortar las galletas justo en el momento en que las sacamos del horno. Este método es un poco trampa porque las galletas no tienen sus bordes tan bien sellados y doraditos, pero funciona si lo que buscamos es que encajen.
Luego cubrimos las galletas con icing de color blanco que dejaremos secar por completo, y con ayuda de un lápiz y sin prisa iremos trazando todo el dibujo sobre nuestras galletas.
Para dar color, se pueden utilizar distintas técnicas: rotulador alimentario, icing… En este caso yo usé colorantes en gel Wilton mezclados con un poco de vodka, y aplicado con un pincelito muy fino. Hace falta tener un poquito de pulso pero no son difíciles de hacer en absoluto.
El elemento fundamental de estos azulejos es la geometría, la simetría es muy importante y habrá que tenerlo en cuenta también al colorear. Los colores de los azulejos de la Alhambra son los amarillos, azules, verdosos, el blanco, el negro y los tonos tierra -el mío es demasiado rojo, en la versión definitiva lo oscureceré un poco más-.
Así que, mientras siga en el frío polaco y no pueda hacerme una escapadita a mi hermosísima ciudad, me tendré que conformar con pequeños trocitos de Granada como estas galletas. Y con el recuerdo de su preciosa luz y ese solecito que te alegra el alma nada más asomar de buena mañana.