Se acabó el verano, al menos para mí. Seguro que todavía queda algún suertudo por aquí que todavía tiene algunos días más de vacaciones ¿o me equivoco y ya habéis vuelto todos a la rutina?
Si ya estáis inmersos en la rutina os traigo la receta perfecta, muy muy fácil de preparar y más fácil de comer. Esta es de las que a mí me gustan, pero he de advertir que tiene mucho peligro.
Es tan fácil de preparar que igual la hacéis varias veces al día. Pero lo más peligroso es lo tremendamente buenos que están estos vasitos, por eso lo de fáciles de comer.
Duran un visto y no visto, a no ser, que los tengáis bajo vigilancia o os los comáis a hurtadillas sin que nadie se entere de que los habéis preparado.
La otra parte buena de esta receta es que podéis prepararla a mitad de semana y si el fin de semana se presentan invitados en casa, ya tenéis un acompañamiento perfecto para el café, o para el aperitivo, no creo que os pongan ninguna pega si los sacáis antes de comer.
Os advierto que son adictivos.
Yo he tenido que dejar de comprar mantequilla de cacahuete para no prepararlos (al menos durante un tiempo).
Vasitos de chocolate y mantequilla de cacahuete (Receta adaptada del libro Reposteria sin horno)
Para 12 vasitos
100 gramos de chocolate negro (70% de cacao)
300 gramos de chocolate con leche
40 gramos de azúcar glas
75 gramos de mantequilla de cacahuete suave
75 gramos de mantequilla de cacahuete con trocitos
15 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambienteDerretimos 50 gramos del chocolate negro y 150 gramos del chocolate con leche, dejamos templar.
Colocamos 12 vasitos para cupcakes de silicona (o papel en su defecto) en un molde para cupcakes.
Repartimos el chocolate a partes iguales en los 12 vasitos. Cubrimos la bandeja con film transparente y reservamos en el frigorífico durante unos 30 minutos o hasta que el chocolate endurezca.
Mezclamos la mantequilla de cacahuete, el azúcar glas tamizado y la mantequilla hasta que tengamos una crema homogénea. Repartimos en los vasitos y volvemos a refrigerar otros 30 minutos.
Derretimos el chocolate que nos queda y dejamos templar. Repartimos en las cápsulas, cubrimos el molde con film transparente y guardamos en el frigorífico hasta que el chocolate se ponga duro.
¡¡Y a comer!!
Si os duran más de dos días, que ya aviso que no os van a durar, los guardáis en un recipiente hermético un máximo de 7-10 días en la nevera.
Si queréis que os duren bastante tenéis dos opciones:
Poned un candado al recipiente dónde los guardéis
Comerlos a escondidas sin que nadie sepa que los has preparado
Espero que os haya gustado la receta de hoy, y que os sea leve, si como yo, hoy habéis vuelto a la vida real después de unas merecidísimas vacaciones :)
Nos vemos muy pronto :)
Un millón de besos, se os quiere ?