Un plato de verdura delicioso y que siempre apetece. Crujientes alcachofas en tempura para tomar como aperitivo o para acompañar una carne.
Esta receta de alcachofas la podéis encontrar también en otro post de este blog Secreto Ibérico acompañado con alcachofas en tempura. en la que acompaña al secreto ibérico. Una buenísima combinación, por el agradable sabor amargo de la alcachofa, pero también dulce, y la sabrosa carne del secreto.
Ingredientes y preparación
3 o 4 alcachofas por persona
Las alcachofas cortarlas en cuartos y ponerlas en un bol con agua y un chorro de limón para evitar que se oxiden y se pongan negras. Reservar y escurrir en el momento que vayamos a freírlas.
Para la tempura:
40 g de harina tamizada
160 cl de agua muy fría, casi congelada
1 huevo o una yema de huevo
En cualquier supermercado podemos encontrar un preparado para tempura que sólo se debe mezclar con agua y seguir las instrucciones para obtener un resultado que suele ser bastante bueno. Sin embargo, si decides preparar tu la masa no supone mucho trabajo y el resultado es mejor.
Elaboración de la tempura:
Batid el huevo y el agua y luego añadid la harina. El agua debe estar muy fría, casi congelada. Si puede ser déjadla en el congelador unos 15 minutos antes de utilizarla.
La masa de la tempura es simplemente agua, huevo y harina, pero a pesar de ser ingredientes muy sencillos, se necesita llevar un orden muy estricto para que la masa salga óptima. Batís primero el huevo junto con el agua helada. No lo batáis muy fuerte, sino simplemente mezclando un poco para obtener una crema poco uniforme.
Mezclad poco, es fundamental para que la tempura una vez frita quede crujiente.
Utilizad la masa inmediatamente. Esta masa no debe reposar.
Freid en aceite muy caliente. Mejor en aceite vegetal o de oliva de 0,4º. Para saber si el aceite está en su punto, echad una gota de masa: si cae al fondo, está demasiado frío, si no llega y sube hacia la superfície, ya podéis freír.
Freíd los alimentos poco rato, dos minutos o tres como máximo, y retiradlo cuando han subido a la superficie y veis que se empiezan a dorar.
Freíd poca cantidad cada vez, para que el aceite no se enfríe demasiado, y cuando retiréis los alimentos con una espumadera procurad sacar también todos los restos de masa.
Debe quedar crujiente, pero no mucho, y con un color pálido, lejos del tostado de otros rebozados.
Con este rebozado para las alcachofas podemos disfrutar de la saludable alcachofa sin que tengan el inconveniente de coger mucho aceite. Con esta receta salen crujientes y muy sabrosas.