La Semana Santa es la época por excelencia de preparación de postres tradicionales en España y toca sacar esas recetas de la abuela de toda la vida, los pestiños, las torrijas, la leche frita, las flores... Pero a mí si hay una que me hace volver a la infancia es el arroz con leche, porque tocaba casi todas las semanas en casa de mi abuela materna. Y es que a veces los postres más sencillos pueden ser los que más sensaciones nos despierten ¿no os parece?
¿Qué necesito?
1 litro de leche entera
100 gr de arroz redondo
4 cucharadas colmadas de azúcar
1 rama de canela
piel de limón
canela molida para espolvorear o azúcar moreno para quemar
¿Cómo lo hago?
En un cazo, calentamos la leche junto con un palo de rama de canela y un poco de piel de limón. Recordad no coger la parte blanca que le da amargor.
Añadimos el azúcar y dejamos cocinarse todo a fuego medio. Podéis probar la leche para ver si está a vuestro gusto de azúcar o siempre rectificar añadiendo alguna cucharada más. Cuando rompa a hervir la leche, añadimos el arroz y bajamos el fuego.
Ahora toca ir removiendo de vez en cuando y todo lo que podáis. No se trata de estar pegados al cazo pero cuanto más remováis, más cremoso os quedará. Y dejamos que se vaya cocinando a fuego bajo el arroz hasta que quede blandito, lo que tardará aproximadamente unos 50 minutos.
Cuando el arroz esté listo lo repartimos en vasos o cuencos. En el momento de servir, solo queda darle el toque final. Tradicionalmente, se espolvorea con canela en polvo. En esta ocasión, nosotras hemos preferido quemar un poco de azúcar moreno por encima para darle un toque especial.
¿Qué más necesito saber?
Se puede consumir caliente o frío, eso ya depende de vuestra elección. Pero si no lo vais a consumir en el momento, mejor que le pongáis algo de papel film cubriendo el arroz para que no se forme una película en la superficie.