Diciembre es un mes indudablemente marcado por la Navidad, esas fiestas que muchos de nosotros disfrutamos, y otros más bien padecéis y soportáis con resignación. Culinariamente hablando es también un mes “movidito”: cenas de empresa, cuchipandas variopintas, dulces tradicionales, menús navideños, comilonas interminables, exquisiteces varias… sustos posteriores con la báscula…
La receta que os traigo no es típica de Navidad, pero como tenemos que comer todos los días del mes y no sólo los festivos, pues aquí os la dejo. En mi casa es de las más solicitadas, espero que os guste a vosotros también.
Esta se la voy a dedicar a Vicente, un “forofo” de los arroces y todo un experto preparando paellas. Es además el viajero de la familia, que nunca sé muy bien donde está porque se mueve más que Willy Fog con un bono bus, pero menos mal que existen whatsapp y skype. Me trajo de su último viaje a Marruecos un azafrán extraordinario!, que utilizo en esta receta y en otras muchas.
Vamos con los ingredientes (para 4 personas +/-)
– Unos 200 gr de rape limpio (yo utilicé un par de colas de tamaño medio).
– Unos 200 gr de gambas peladas.
– Unos 200 gr de almejas (que previamente tendremos en agua fría con sal, para que suelten impurezas y arenillas).
– Una docena de langostinos.
– Caldo de pescado o de verduras.
– Una cebolla, una zanahoria, un pimiento verde, un tomate madurito y dos dientes de ajo.
– Unos 400 gr de arroz bomba, o el que uséis habitualmente.
– Aceite de oliva virgen, perejil, sal y un buen azafrán.
Comenzamos picando finamente todas las verduras y cortamos el rape en dados pequeños. Cuando tengamos listos todos los ingredientes ponemos la paellera al fuego con un fondo de aceite de oliva virgen.
Pochamos muy bien todas las verduras.
Añadimos después el pescado, las gambas y las almejas. Rehogamos todo unos pocos minutos e incorporamos el arroz.
Agregamos el caldo ( por lo general la proporción que yo empleo es la de algo más del doble de caldo que de arroz, en este caso 5 vasos de caldo para 2 vasos de arroz).
Probamos de sal y cuando empiece a hervir de nuevo añadimos los langostinos.
Dejamos cocer unos 15 minutos a fuego suave hasta que esté listo, espolvoreamos ligeramente con perejil picadito y dejamos reposar cubierto con un paño de cocina hasta el momento de servir.
“Et voilà!”… aquí tenéis el resultado, un plato sencillo, agradecido y sabroso.
Callejeando ayer por la ciudad a última hora de la tarde… no hay duda, ya huele a Navidad.
Fuente: este post proviene de Marieta, pásame la receta, donde puedes consultar el contenido original.
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