El frío parece que no llega y como me decía mi hermana ayer, ya hay bromas para bautizar esta nueva estación del año, el veroño, mezcla de un verano sin fin en época otoñal. Si es que ya hemos cambiado la hora y seguimos en sandalias y manga corta. Algo no va bien…
Todo esto sumado a que en el office del trabajo donde como, todo está acristalado y el sol da directo a las 14 del mediodía, causando un efecto invernadero fatal, no apetece casi ni comer. Es un suplicio comer así, pero qué le vamos a hacer, la vida del tupperista. Eso sí, para hacer fotos me iría genial, porque entra muchísima luz
Bromas aparte, el otro día se me ocurrió hacer un arroz frito como los que hacía a veces en casa, cuando vivía con mis hermanitas. Básicamente era abrir la nevera, ver qué había que pudiera combinar con el arroz y hacerlo con salsa de soja y huevo. Por eso la he clasificado en días “cuando era niñ@”, porque me recuerda a mi vida con mis hermanitas.
¡Me encanta la salsa de soja! Se la echaría a todo, pero me controlo, que si no tendría que comprar salsa de soja en bidones y no es plan.
INGREDIENTES (para 2-3 raciones):
Para días en los que añoras recetas pasadas.
1 vaso de arroz basmati.
2 huevos.
1 pimiento verde.
1 zanahoria.
4 filetes de pollo.
1 manojo de espárragos trigueros.
4 cucharadas de salsa de soja.
3 cucharadas de vinagre de arroz.
Una pizca de ajinomoto.
Aceite, sal y pimienta negra.
Hervimos agua y cocemos el arroz basmati siguiendo las instrucciones del paquete. En mi caso eran 12 minutos. Colamos y reservamos
Cortamos el pollo en trocitos pequeños y salpimentamos.
Limpiamos las verduras y las picamos en cuadraditos, excepto los espárragos, que los cortaremos en trocitos más alargados.
Batimos el huevo en un bol y reservamos.
En una sartén grande, echamos un poco de aceite y añadimos las verduras con una pizca de sal. Cuando estén casi hechas, las apartamos todas a un lado de la sartén, y en el otro lado echamos el huevo batido. Dejamos que se haga el huevo sin removerlo y cuando veamos que ya está casi hecho, lo mezclamos bien para desmenuzarlo y que queden trozos de huevo. No sé si me he explicado muy bien…
Una vez hecho el huevo, mezclamos todo bien de nuevo y añadimos el pollo. Doramos el pollo un poco y echamos una cucharada de salsa de soja y otra de vinagre de arroz. Añadimos la pizca de ajinomoto. Removemos hasta que el pollo se haya hecho completamente.
Ahora echamos el arroz y el resto de cucharadas de salsa de soja (3 cucharadas) y del vinagre de arroz (2 cucharadas). Mezclamos todo bien hasta que veamos que tiene un color uniforme y dejamos un par o 3 de minutos más.
Y ya lo tenemos listo para el táper del día siguiente. Yo no suelo congelar el arroz una vez hecho porque no queda demasiado bien después al descongelarlo, por lo que si hago arroz para el táper, siempre es de un día para otro.
¿Os animáis a preparalo para el táper de mañana? Venga, que es muy fácil
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