Y allí estaba yo, junto a esa persona
La que más había querido, la que más había temido, la que más había odiado
Me había despojado de cualquier sentimiento hacia él. Bueno o malo. O eso pensaba antes de verlo entrar
Vestido impecablemente, con las gafas de sol en el bolsillo de la chaqueta, gomina en el pelo y su sonrisa seductora
Aquella sonrisa que me había hecho volver tantas veces a su lado
Una y otra vez, como si no aprendiera, como si se me olvidaran los golpes de una vez para otra, como si no tuviera a nadie más en el mundo, ningún lugar donde volver
Y eso no era cierto. Tenía a mi familia, mis amigos. Gente que nunca hubiera permitido que me ocurriera nada malo
Era el orgullo el que me impedía hablar con ellos, ese mismo orgullo que desaparecía delante de él
Me transformaba en algo pequeño. Algo insignificante, sin voz, sin fuerza. Un objeto
Incapaz de moverme, de tomar impulso hacia ninguna parte
Ni reuniendo toda la fuerza que tenía, lograba tomar la decisión de salir de aquella casa
Si no hubiera sido por otras personas, quizá ahora estaría muerta. Otros fueron los que denunciaron, los que insistieron en mantener la denuncia, otros los que me sacaron de aquella casa. Yo simplemente, sin fuerzas, me dejé llevar
Meses y meses de terapia, para dejar de sentirme como una mierda, como un deshecho. Ya ni recordaba cómo era antes. Apenas recordaba a la chica alegra, siempre presente para todo el mundo, siempre afable y sonriente
Aquella chica desapareció para siempre en el momento en que aquel hombre entró en mi vida
Ahora empezaba a aparecer aquella chica que fui, tímidamente. No tan alegre, no tan generosa con los demás
Estoy aquí, a unos pasos de él. Siento su mirada sobre mi. Intento mantenerme serena, me cojo fuerte las manos para que no se note que estoy temblando
Debería mirarlo para demostrarle, demostrarme, que ya no puede conmigo, que ya no siento nada por él
Y no puedo. No puedo
Seguiré adelante con la denuncia, seguiré adelante con mi vida
Sé que la única manera es mantenerme alejada de él
Ni una sola mirada
PD Relato inspirado por Xenia Ferrer
INGREDIENTES
400 g de arroz
200 g de anillas de calamar
4 bolsas de tinta de calamar
1 cebolla
2 dientes de ajo
200 ml de vino blanco
1 litro de caldo de pescado o en su defecto 1 litro de agua + 1 pastilla de caldo de pescado
Aceite
Sal
Para el all i oli
1 diente de ajo
1 huevo
200 ml de aceite
Un chorrito de vinagre
Sal
ELABORACIÓN
Preparar el all i oli
En el vaso de la batidora poner el huevo, el diente de ajo, un chorrito de vinagre, una pizca de sal y el aceite
Introducir el brazo de la batidora hasta el fondo
Sin mover el brazo, poner en marcha la batidora
Cuando empiece a emulsionar, mover el brazo de la batidora arriba y abajo, hasta que espese bien la salsa
Reservar en la nevera
Para el arroz
Disolver la tinta en el vino
Añadir al caldo
Reservar
Picar los ajos y la cebolla bien pequeños
Cortar las anillas de calamar en cuadrados
En la cubeta, poner un poco de aceite
Menú Cocina
Pochar la cebolla y el ajo
Añadir los trozos de calamar
Rehogar 2 removiendo
Añadir el arroz
Rehogar 1-2 removiendo
Verter el caldo
Salar
Remover
Cancelar menú anterior
Menú Cocina 6
Despresurizar manualmente
Abrir y remover
Servir el arroz acompañado del all i oli
Receta adaptada de Hogarmanía