El bacalao Skrei está considerado una joya gastronómica, y no es para menos. Cada año este bacalao migra desde el Mar de Barents, situado más al norte del Círculo Polar Ártico, hasta las frías aguas de la costa norte de Noruega en las que nacieron para desovar. De ahí que su nombre signifique literalmente “El Nómada”, en la antigua lengua noruega.
Además de su extraordinario sabor, el bacalao Skrei se diferencia de otros por poseer una carne más firme y jugosa. El duro trayecto a través de aguas heladas y el continuo movimiento de las corrientes hacen que el Skrei tenga estas propiedades organolépticas únicas.
La diferencia también la marcan sus propiedades nutricionales. Su carne contiene proteínas de calidad con todos los aminoácidos esenciales, poca grasa rica en ácidos grasos omega-3 y es rico en yodo, magnesio, selenio, potasio y otros minerales.
Hoy el bacalao Skrei es el protagonista de nuestro papillote, a mí me gusta prepararlo con esta técnica porque con el envoltorio conseguimos que el pescado se cocine al vapor conservando sus jugos, sus propiedades y su maravillosa textura.
En la actualidad el bacalao Skrei se comercializa fresco en todo el mundo y cada vez tiene más adeptos en nuestro país. Cada vez es más fácil encontrarlo en restaurantes y pescaderías. Eso sí, acuérdate de que es un pescado de temporada y solo está disponible durante los primeros meses del año, entre enero y mayo. La relación calidad-precio de este pescado es muy buena y merece la pena probarlo.
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