i aún no has descubierto la grandeza de la patata dulce o batata, deberías probarla ahora que el otoño nos la regala en todo su esplendor. Considerado un alimento humilde, tiene más vitaminas que sus hermanas las papas y es el único alimento con pocas calorías que dispone de una alta concentración en vitamina E, además es tan rico en antioxidantes que se compara con las algas en cuanto a dichos elementos, de ahí, que muchas veces, escuchéis referencias a ella como un súperalimento por sus grandes beneficios para nuestro organismo y todo ello a pesar de ser un hidrato de carbono, pero uno de los buenos.
Aunque es habitual cocinar la batata para disfrutarla como plato dulce, su combinación con platos salados, bien sea horneada o como puré, resulta muy deliciosa precisamente por esa unión de dulce y salado en un solo bocado. La receta de hoy es precisamente un ejemplo de esa perfecta armonía, y además, la hacemos con otro ingrediente tan otoñal como son las setas y las uvas. El resto lo ponen un buen parmesano rallado por encima y unas cuantas nueces, ¿no os parece un plato delicioso?
Ingredientes: (4 personas)
✓1 batata grande
✓1 trozo de queso parmesano
✓Setas variadas bien frescas o bien de bote
✓Perejil y tomillo frescos
✓Un puñado de nueces
✓Unas cuantas uvas negras sin pepitas
✓Aceite de oliva
✓Una pizca de sal
Elaboración:
Precalentar el horno a 180ºC.
Lavar la batata quitando bien los restos de tierra y de pequeñas raíces. Cortarla en 4 láminas gruesas de 1,5 cm de grosor aproximadamente. Disponerlas sobre la placa del horno protegida con papel y hacerles cortes transversales. Se rocían con aceite de oliva. Hornear 20 minutos, comprobando su cocción pasado ese tiempo con un palillo.
Lavar las uvas y ponerlas en un recipiente apto para el horno. Salpimentar y regarlas ligeramente con aceite de oliva. Se aprovecha el horneado de la batata, teniendo en cuenta que debemos retirar las uvas a los 10-12 minutos de cocción. Reservar en caliente hasta que la batata esté horneada.
Mientras tanto, salteamos hasta dorarlas, las setas en una sartén con un poco de aceite de oliva. Yo he usado setas variadas de bote y he añadido también la gelatina natural de su conservación. Quedan deliciosas.
Una vez transcurrido el tiempo y las batatas estén en su punto, retiramos al plato donde vayamos a servir. Rallamos parmesano sobre cada batata, distribuimos unas cuantas setas por encima, añadimos unas cuantas lascas de queso para incrementar el sabor y por último, decoramos con el perejil, el tomillo y las nueces. Solo queda sentarse a la mesa y disfrutar del otoño servido delante de ti.
Si te gusta el vino, una buena copa de Rioja o Ribera del Duero añadirá más sabor aún a este plato.
Receta adaptada de gourmandiseries