Es perfecto para un carpaccio pues proporciona secciones grandes y bastante compactas además de no tener que preocuparnos por eliminar la piel.
Ingredientes:
1 tomate rosa.
aceitunas negras.
queso parmesano.
ajos y piñones y albahaca.
aceite de oliva y sal Maldon.
Empezamos poniendo en una procesadora todos los ingredientes del pesto genovese, es decir: un vaso de aceite de oliva, 2 ajos picados, un puñadito de piñones, una buena cantidad de hojas de albahaca fresca, queso parmesano rallado y sal. Batimos todo bien y ya tenemos confeccionando el pesto genovese. Debe quedar denso pero líquido, si queda demasiado denso, añadiremos más aceite hasta obtener la textura adecuada.
Lavamos el tomate, lo cortamos en lonchas no demasiado finas y lo vamos colocando en la fuente en la que lo vayamos a servir después.
Cortamos en tiras las aceitunas negras y las vamos colocando sobre las lonchas de tomate.
Después incorporamos unas cucharadas de nuestro pesto genovese y unas escamas de sal Maldon sobre todo el tomate.
Para terminar lasqueamos finamente un poco de queso parmesano, lo colocamos sobre todo lo demás y lo llevamos a la mesa.
Se desaconseja hacerlo con antelación y guardarlo en la nevera. El tomate irá perdiendo aroma y textura pues expulsará parte de sus líquidos debido a la sal.