El espárrago es un ingrediente básico en nuestra alimentación y le da cierta elegancia a una gran variedad de platos. Es muy frecuente encontrarlo como guarnición de platos de carne o pescados.
El espárrago es difícil de cultivar, se encuentra en temporada durante unos pocos meses, entre abril y junio, aunque afortunadamente en algunas zonas del mundo, debido a su climatología, pueden ser cultivados a lo largo de todo el año y se exportan a otros países fuera de temporada de esta hortaliza.
En qué debéis fijaros cuando compráis espárragos
Cuando vayáis a comprar espárragos seleccionad aquellos que tengan tallos firmes y rectos y que su grosor sea uniforme para garantizar una cocción similar. Guardadlos envueltos en papel de cocina húmedo en una bolsa de plástico y no tardéis más de 2-3 días en utilizarlos.
Cómo cocinar los espárragos
Al cocinar los espárragos, desechad los tallos muy gruesos, resistentes y leñosos. Cortad el espárrago a mano y la parte que oponga resistencia a ser cortado desechadla. De forma natural se romperán en el punto correcto.
El espárrago necesita muy poco tiempo de cocción y cuanto menos tiempo se cocine, mejor conservará los nutrientes. Por lo general, se blanquean (escaldan) hirviéndolos en agua salada durante 2-3 minutos e inmediatamente se enfrían en agua helada. Esta técnica ayuda a preservar el sabor, la textura crujiente y su bonito color verde. El blanqueo se puede utilizar como técnica inicial de cocina o como un método de cocinar los vegetales inmediatamente antes de utilizar otros métodos como saltear o sofreír.
Si los vais a preparar a la parrilla o en el horno, untadlos con aceite de oliva antes, con la ayuda de un pincel, para que los espárragos no se sequen.
Para saber si los espárragos están hechos, probad las puntas con un cuchillo afilado: queremos puntas tiernas con tallos al dente.