Y termina el reto de los 3 ingredientes con un aperitivo sin gluten muy bueno para cuando juntas gente en casa. Es un pelín laborioso de hacer, más que nada por las galletas de queso, pero el resultado es muy bueno.
Estuve buscando recetas de galletas sin gluten, preguntando por harinas aptas para celíacos... y al final recurrí a retocar la receta de galletitas de la fortuna del libro de galletas de Nordic Ware, todo un acierto. Sólo tuve que añadir queso rallado a la mezcla (más bien triturado con la thermomix), dejar de lado el azúcar y sustituir la harina de trigo por maicena. Es resultado es increíble: quedan unas onzas finas y crujientes con muchísimo sabor a queso, potenciado por una pizca de comino molido (le va tan bien al queso!). El único problema que le veo es que no aguantan bien de un día para otro, pero ya pasa con la versión tradicional de la receta; por lo que eso de preparar las galletas un día y montarlas con el revuelto al día siguiente no es buena idea. Incluso las guardé con un vaso de arroz en un recipiente cerrado, para evitar que cogieran humedad, pero no estaban tan crujientes como recién salidas del horno.
Ingredientes para 12-13 galletas:
- 100 g de maicena
- 60 g de queso provolone triturado
- 2 claras de huevo
- 3 cucharadas de aceite de girasol
- 2 cucharadas de agua
- 1 pellizco de sal
- 1 pellizco de comino molido
- 1 pellizco de pimienta negra
- 45 g de jamón serrano muy picado
- 150 g de champiñones picados
- 1 diente de ajo picado
- Una cucharada de perejil fresco picado
- 1 cucharada de aceite
- 3 huevos
- sal y pimienta negra
Enciende el horno a 150ºC con las placas de arriba y abajo.
Bate en un cuenco las claras de huevo junto con el aceite hasta que la mezcla esté cremosa, sin que llegue a formar espuma. Mezcla con el queso triturado con movimientos envolventes y después tamiza la maicena sobre el cuenco, incorporándola poco a poco. Sazona y añade el agua poco a poco para conseguir una masa líquida, pero con cierta consistencia.
Prepara una bandeja con papel de horno y toma para cada galleta una cucharada rasa de masa, extendiéndola en forma de disco bien fino, pero evitando que haya "calvas". Cuanto más estires la masa, más crujientes quedarán.
Hornea a media altura como 10-15 minutos, hasta que los bordes se doren y las galletas queden crujientes en el centro. Soltarán mucha grasa entre el queso y el aceite; pero no te preocupes, si las pones a enfriar en una rejilla con papel de cocina para que la absorba quedarán muy ligeras. Es normal que al enfriarse se curven un poco.
Por tandas, termina toda la masa del cuenco; puedes tener otra hoja de papel de cocina preparada mientras se hornea una tanda, de este modo sólo tienes que pasarla con cuidado a la bandeja una vez la vacíes.
Para el revuelto, dora el ajo ligeramente e incorpora después el jamón y los champiñones para saltearlo. Cuando los champiñones estén cocinados, añade el perejil y después casca los huevos sobre la sartén, sin batirlos previamente. Salpimenta y menea con una espátula para romperlos bien y que se cocinen, dejándolos que se terminen de hacer con el calor residual de la sartén, de esta forma quedará bien jugoso.
Ya sólo queda repartir el revuelto sobre las galletas y tomarlas con una cerveza bien fresquita.