Después de tanta comida navideña apetecen recetas más ligeras, y con este frío, calentitas. No hay nada mejor que una buena crema de verduras. Y quiero compartir con vosotros uno los mis platos imprescindibles en mi cocina del día a día, mi crema favorita: la crema de calabaza y almendras sin lactosa.
Mi cuñada es muy muy exigente con mis recetas y yo tengo en alta estima sus críticas. Pues bien, desde que probó mi crema de calabaza, (palabras textuales de ella: "la crema habla con los dioses") no para de repetir que cuando se le voy a volver a cocinar ;) ou yeah, ¡punto para chef Orielo! jeje
Y lo mejor es que además de súper buenísima, la crema es súper sana y súper ligera (no lleva ni nata (crema de leche) (sin lactosa) ni queso (sin lactosa) porque la propia calabaza y la combinación de verduras - zanahorias, calabacín, patata - tan dulcecitas le dan la ligereza que otros aportan con la nata (crema de leche) y grasas. La única grasa que ha visto esta crema es la mejor grasa que podemos tomar: el aceite de oliva virgen extra.
Ah, y el puntito de las almendras y el ajo tostado que no falte (parte fundamental para que la crema os quede impresionante y que vuestras cuñadas se os arrodillen y os supliquen que se la volváis a hacer) ;)
Otra parte fundamental es usar un buen caldo de verduras sin lactosa para cocer las verduras (mucho mejor que cocerlas sólo con agua). Yo uso el caldo de verduras Amandín (que además de no llevar lactosa es ecológico). Cuidadín porque casi todos los caldos de los supermercados llevan.
Por último vamos a decorar el plato a lo súper profesional y le vamos a dar caché, con unos cubitos de calabaza salteados y un poco de almendra tostada. Un chorrito de aceite de oliva que no falte et voilá, la crema de calabaza y almendras sin lactosa será vuestra, y creedme la vais a disfrutar muy mucho :)