¡De nuevo pensando en recetas para dejar preparadas con antelación y rematar en el último instante antes de comer!
Como tengo residentes unos kilitos del verano estoy buscando aligerar los platos para que no carguen con tantas calorías. Diréis que la mantequilla de trufa es una bomba calórica, pero es una pequeña concesión al placer que, realmente, no aporta tanto pues se añade una pequeñísima cantidad en cada vasito.
Esta crema es como una vichyssoise pero en la que las patatas y puerros se cocinan con agua en lugar de con leche y a la que luego no se agrega nata (crema de leche) líquida. Ya os comenté que estoy cocinando más simple, pero si lo deseáis podéis hacer la receta de la vichyssoise (pincha aquí) y tan ricamente.
También os sirve como entrante en una comida o cena con amigos a los que sorprenderéis con estos vasitos deliciosos.
De nuevo utilizo las perlas de trufa de Espora Gourmet que tienen un sabor más intenso que los tarritos de trufa que venden en los supermercados.
Para 8 vasitos o cuencos:
3 patatas medianas
4 puerros limpios de parte verde
agua o caldo
aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta
50 g de mantequilla semisalada
1 cucharada de perlas de trufa o 1 trufa de unos 25 g rallada
Se pone en una olla o cazuela un poco de aceite de oliva (unas 4 cucharadas soperas) a fuego no muy alto y se pochan los puerros limpios lavados y cortados.
Se pelan las patatas y se cortan en tacos. Se añaden a la cazuela y se rehogan con los puerros. Se incorpora el agua o caldo de pollo que cubra las hortalizas. Si añadís agua hay que salpimentar, no en el caso de utilizar caldo ya salado, se puede rectificar después.
Se cuecen las verduras unos 25 minutos (si es en olla express con unos 15 minutos bastará). Se pasan por la batidora a una velocidad alta hasta que queden bien trituradas, como un puré, pero más ligero.
Si os queda muy espesa podéis añadir más agua o caldo.
Se pone en un cacito la mantequilla (o en un cuenco en el microondas) y se incorpora la trufa rallada o las perlas de trufa y se calienta unos instantes hasta que se vuelva líquida. no mucho pues se separa el suero.
Se tapa con un film y se vuelve a meter en la nevera para que se solidifique de nuevo.
En el momento de servir se calienta la crema y se añade una cucharadita de café de la mantequilla trufada.