Los croissants caseros son una de esas recetas que parecen complicadas, pero que en realidad son muchísimo más fáciles y rápidas de lo que podáis imaginar. Es más, en 15 minutos están listos para desayunar, o merendar, o cenar (como queráis) ¡recién hechos!
En este caso el relleno es muy sencillo, jamón y queso, pero podéis rellenarlo de lo que más os guste: nutella, crema pastelera, paté… o sin rellenar, simplemente un croissant.
Para empezar hay que comprar una masa de hojaldre de esas que vienen enrolladas, la encontraréis en cualquier supermercado en la zona de las pizzas. Luego sólo hay que cortarla, rellenarla y enrollarla, unos minutillos de horno y ¡listo!
Estos croissants son de jamón serrano y queso emmental, pero si os gustan más suaves podéis rellenarlos de jamón york y queso tierno.
Ya veréis que son tan fáciles de hacer que no volveréis a comprarlos ya hechos ;)
Por si os ayuda, os dejo este vídeo con el paso a paso:
Croissants de jamón y queso
Servings: 8 croissants
Hora: 20 min.
Dificultad: fácil
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Ingredientes:
1 masa de hojaldre
Jamón serrano
Queso emmental
1 yema de huevo
Cómo hacer Croissants de jamón y queso:
Lo primero que haremos será encender el horno a 200ºC y dejar que se vaya calentando…
Extendemos la masa de hojaldre sobre la encimera con un poco de harina para que no se pegue, y la cortamos en 8 triángulos. Da igual si la masa que habéis comprado es rectangular o redonda.
Colocamos el relleno encima de las porciones de masa, no mucho pues hay que enrollarlo y tiene que caber… con media loncha de jamón y media de queso para cada croissant vale.
Vamos enrollando empezando por la base del triángulo hasta la punta, obteniendo unos cilindros. A continuación doblamos un poco los extremos para darle la típica forma de media luna.
Una vez los tenemos todos, los colocamos sobre una bandeja con papel de horno y los pintamos por encima con la yema de huevo batida. Así quedarán brillantes y con un bonito color dorado.
Horneamos unos 15 minutos, hasta que la masa haya subido y coja color.
Degustación
Lo mejor es comerlos recién hechos, aunque hay que dejar que se enfríen un poco al sacarlos del horno para que le hojaldre quede bien crujiente.
Fotografías de alexandracooks.