El primer establecimiento fue la taberna Txakolina, que se encuentra en la calle Fuencarrala, 85. Es un bar que siempre está lleno, pero en esta ocasión tuvimos la suerte de que no fuera así y pudimos ver más tranquilamente sus numerosos pinchos. Existen tapas para todos los gustos y los precios oscilan entre los 2,5 euros y los 3,5, aunque algunos como las bombas rellenas se salen de este precio. Eso sí si os pedís una tapa de estas seguro que ya habéis comido, porque son enormes.
La verdad es que es la tercera vez que estamos en este bar y las tapas nos encantan. En este caso nos pedimos una chistorra envuelta en patata y coronada con un huevo de codorniz y tortilla francesa enrollada rellena de jamón, queso y ensalada. Ninguno de los dos pinchos defraudaron y como no acompañados de un par de tercios de cerveza.
Nuestra siguiente parada fue el Mesón del Champiñón, que se encuentra ubicado en la Cava de San Miguel, 17. En esta calle hay varios mesones cada uno dedicado a un producto culinario. Aunque uno de los mejores es sin duda el del champiñón, donde se puede degustar este rico producto a la plancha. Además, sale bastante bien de precio la ración a 5,70 euros. Luego entramos al que hay lado el Mesón del Boquerón, pero ni la calidad ni los precios son ni parecidos.
Finalmente terminamos en una sidrería que conocimos hace dos años y que nos gustó bastante, se llama Casa Parrondo en la calle Trujillos número 9. Aunque la botella de sidra es un poco cara, seis euros; la tapa que te ponen, las raciones y el resto de las bebidas están a un precio asequible y muy ricas. En este caso de aperitivo nos pusieron un poco de lomo embuchado y una crema al cabrales que estaba de muerte. Además, pedimos una ración de mejillones a la vinagreta, que estaban muy ricos. En anteriores ocasiones hemos probado las patatas al cabrales y los pimientos del padrón que están para chuparse los dedos. Como os habréis dado cuenta la mayoría son productos asturianos y la verdad es que están todos riquísimos, por lo que os aconsejo que os acerquéis si todavía no habéis probado esta sidra asturiana en el centro de Madrid.