Y, amante como soy de los helados, tenía que probar sí o sí a hacer el helado de Baileys en casa. Más rico no puede estar y os voy a contar un truco: si a la hora de servirlo lo regáis con un chorrito del propio licor, es de morir de placer.
Receta del helado de Baileys
500 ml. de nata montada (crema de leche)
150 ml. de Bayleys
1 cucharadita de maizena
2 cucharadas de azúcar invertido
Ponemos todos los ingredientes en un cazo, reservando medio vaso de nata (crema de leche) y la maizena. Llevamos a ebullición.
Mientras, disolvemos la maizena en la nata (crema de leche) bien fría.
Cuando comience a hervir, añadimos la maizena desleída en la nata (crema de leche), bajamos a fuego medio y removemos con unas varillas para que no se agarre al cazo hasta que la crema comience a coger la consistencia de unas natillas.
Reservamos en el frigorífico con un film en contacto con la superficie para que no se haga costra hasta que esté bien frío. Mejor de un día para otro.
Ponemos la heladera en marcha, vertemos la mezcla en la cubeta por el bocal y dejamos mantecar durante 40 minutos aproximadamente.
Si no tenemos heladera, bastará con meter el helado al congelador e ir removiéndolo cada 30-40 minutos para que no se formen cristales de hielo. Removeremos 3 o 4 veces.
El resultado, ya lo véis, un helado cremoso, delicioso, con un intenso sabor a Baileys. Si os gusta este licor, no podéis dejar de probar este helado que no es apto para cachorritos a pesar de que, con la cocción, el alcohol se evapora. A mí, pero esto ya es cuestión personal, no me gusta que se acerquen al alcohol aunque sea "sin alcohol" siendo tan pequeños. Tiempo tendrán, para ellos tengo otros muchos helados.
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