De todos modos, yo en la carrera era muy fan de dejarme asignaturas para septiembre y estudiar en verano, así que con el blog parece que estoy haciendo lo mismo, jejeje.
También es cierto que las vacaciones en Chiclana me han dado muchas ideas, de hecho esta receta lleva como inspiración el helado de membrillo que tomamos en Vejer de la Frontera.
No me voy a colgar todas las medallas, porque la base del helado la tengo gracias a Iván y su helado de zanahoria, otro de los que tengo pendientes por hacer. Además, me ayudó mucho aconsejándome sobre qué edulcorante añadir a la masa.
A mi modo de ver, tenía todo lo que necesitaba, pero variando las proporciones: un puré de fruta, queso... ¡y no lleva huevo! Que no es porque vaya a llevar más o menos grasa, que llevando todo el queso que lleva, va bien servido; me parece interesante echar al mundo otro helado más sin huevo ni gluten, genial para los intolerantes que conozco. Y al no estar pasteurizado como los helados comerciales, hasta más seguro.
Para mí, la prueba de fuego era Álex, un verdadero fan del queso con membrillo. Cuando me dijo que sabía "a lo que tiene que saber", supe que había dado con la receta. No ha sido fácil, la verdad; tenía miedo que por llevar demasiado queso supiera a ganchitos. De todos modos, abajo dejo apuntadas las cantidades por si quieres variarlas para hacer el sabor del queso más presente.
La difícil tarea de fotografiar helados en verano...
Ingredientes para 1 litro de helado:
- 200ml de nata (crema de leche) líquida para montar (mínimo 37% M.G.)
- 200g de queso crema
- 100+50ml de leche
- 4 cucharadas de miel (la mía era de romero, y no te creas, no es nada estridente)
- 125g de queso manchego de oveja (en mi caso 50g de queso curado y 75g de semicurado)
- 400g de membrillo
- 1 cucharada rasa de maicena
Recuerda meter el cubilete de la heladera en el congelador 24h antes de mantecar el helado como mínimo.En un cazo, calienta la nata (crema de leche), 100 ml de leche y el queso crema hasta que quede una crema líquida, siempre a fuego lento.
Ralla entonces el queso manchego y añádelo al cazo para que se integre bien en la crema. Hasta aquí podría ser una salsa de pasta estupenda :P
Cuando ya esté el queso bien integrado, incorpora el membrillo a trozos, que por efecto del calor se terminará disolviendo. Termina endulzando la mezcla con la miel.
Ya sólo queda disolver la maicena en los 50 ml de leche restantes e incorporarlo al cazo. Lleva a ebullición y cuando esto ocurra, aparta del fuego y deja enfriar; lo suyo es que pase en la nevera 12 horas.
Una vez frío, y con la heladera a punto, puedes proceder a mantecarlo.
Si no tuvieras heladera, siempre queda la opción de enfriar y meter la mezcla en el congelador, moviendo con unas varillas cada hora para romper los cristalitos de hielo, hasta obtener la textura adecuada.
Particulamente, noto que el sabor a queso se acentúa cuando no está demasiado frío, en el momento de salir de la heladera, o si lo has tenido en el congelador, cuando ya empieza a derretirse. Y es cuando más se disfruta ^^