Ingredientes aproximados para 2 personas:
- 8 placas de lasaña de espinacas precocidas
- 4 ó 5 rovellones grandes en conserva
- 1/2 bote de champiñones mini (o normales)
- 5 ó 6 setas shiitake frescas grandes (si las compráis secas tendréis que rehidratarlas con bastante antelación)
- 1 paquete de daditos de jamón
- 1 cubito Maggi de caldo (o caldo de verduras, pero yo no tenía hoy a mano)
- 3 ó 4 dientes de ajo
- 1 cebolla morada mediana
- salsa de soja
- sal y pimienta recién molida
- margarina
- queso emmental para gratinar
Preparación:
Antes que nada ponemos el horno a calentar a unos 220ºC y nos ponemos con el relleno de la lasaña.
Cortamos pequeñita la cebolla y el ajo y los llevamos a una sartén caliente con un chorrito de aceite de oliva. Lo dejaremos a fuego medio hasta que empiece a ablandarse la cebolla.
Mientras, cortamos también en trocitos de no más de 1/2 cm las setas shiitake y las añadimos a la sartén.
Haremos lo mismo después con los rovellones.
Finalmente cortaremos los champiñones por la mitad si son mini o en trocitos si son normales y los añadimos también.
Si no tenemos caldo de verduras le añadimos ahora el cubito de caldo (o media pastilla si no tenemos cubitos) y dejamos que se disuelva.
Dejamos que se haga todo unos minutos y le añadimos los daditos de jamón. Añadimos ahora también un chorrito de salsa de soja y lo mezclamos todo.
Hasta ahora no habremos puesto sal, ya que el caldo, el jamón y la salsa de soja (aunque la que he usado es baja en sal) ya aportan sal. Probaremos ahora la mezcla y rectificamos de sal y pimienta.
Ahora añadimos una cucharada de margarina a la sartén y cuando se haya disuelto del todo añadiremos una cucharada de harina y removeremos hasta que esté bien integrada en la mezcla de setas.
En este momento añadiremos un poco de agua, más o menos un vaso, o el caldo si hemos utilizado caldo de verduras. Lo añadiremos poco a poco mientras lo removemos todo para que no se formen grumos de harina. Si no nos tomamos la receta con mucha prisa será una cosa fácil de lograr
Cuando se haya formado una salsa con consistencia de una bechamel ligera apagamos el fuego y reservamos la mezcla.
Sobre el fondo de las fuentes para horno extendemos un poco de margarina y un poco del relleno y colocamos una placa de lasaña. Y ahora, alternando pisos, ponemos relleno y otra placa. A mí me gusta usar el mismo relleno para cubrir la última placa, pero si no os gusta así, podéis optar por hacer una bechamel fina con caldo en lugar de leche aparte de la mezcla de setas e incorporar la mezcla a la salsa a posteriori, reservando una parte para cubrir la lasaña. A mí me gusta más utilizando el mismo relleno, pero todo son gustos, ¿no?
Así que sobre la cobertura de la última placa ponemos una buena capa de queso emmental rallado y sobre ella unas pequeñas porciones de margarina, y lo llevamos al horno por 25 minutos.
A ver si os gusta
¡Que aproveche!