Hay algunas afortunadas que, con la llegada de la menopausia, apenas notan sus incómodos efectos derivados. Su día a día prácticamente no se ve afectado por ningún trastorno físico o emocional. Sin embargo, hay otras muchas mujeres que sí padecen estos síntomas, viendo cómo se prolongan a lo largo de meses e, incluso, años.
En este sentido, la alimentación representa un papel muy importante de cara a mitigar esos síntomas, producidos por los cambios en los niveles de estrógenos y progesterona (hormonas sexuales femeninas).
Dado que la llegada de la menopausia suele ir ligada a dolencias como la osteoporosis, es habitual asociar esta etapa de la vida de la mujer con la recomendación del consumo de alimentos ricos en calcio (especialmente, productos lácteos desnatados).
Pero hay también otros muchos consejos que, a nivel nutritivo, se pueden seguir. Aca te ofrecemos algunas recomendaciones a tener en cuenta a la hora de sentarse a la mesa:
De cara a prevenir o mitigar los sofocos es importante decir adiós al alcohol y la cafeína.
También hay que evitar las comidas copiosas y muy tardías que, después, desencadenan en los pesados sudores nocturnos.
Es preciso moderarse con el azúcar. Los alimentos que lo contienen en altas cantidades te harán sentir a la larga mucho más cansada por los picos de insulina, que luego harán bajar tus niveles de azúcar en sangre.
Hay que evitar el sobrepeso: alimentos como verduras, legumbres, cereales integrales y la carne de pavo te ayudarán con la báscula.
Los alimentos que contengan vitamina E y minerales como calcio (del que hablábamos antes) y zinc contribuyen a normalizar los desarreglos hormonales.
La hidratación es fundamental. Recuerda: agua, agua y agua.
Otros alimentos recomendados: semillas de calabaza y de girasol, frutos secos crudos (especialmente nueces y almendras), y pescados azules.
Es importante limitar la ingesta de sodio, muy especialmente si existe hipertensión arterial.
Por supuesto, no fumar y hacer ejercicio de manera periódica.
reducir el nivel de estrés pues provoca la misma respuesta fisiológica que la cafeína. Es recomendable practicar técnicas de relajación o yoga. Hacer un poco de ejercicio favorece la mineralización ósea y activa tu metabolismo.
Empieza a cuidarte antes de que la menopausia esté instaurada. El exceso de peso aumenta el colesterol y el riesgo cardiovascular. Ajustar la alimentación y aprender a comer para reducir el aumento de grasa corporal y mantener un buen nivel de actividad física, son dos buenas herramientas preventivas.