Como en tantas ocasiones pasa, de repente te encuentras con una receta tan sencilla y tan agradable que te hace recapacitar y pensar que la cocina, al igual que la vida, puede ser más fácil de lo que en tantas otras ocasiones parece convertirse... Ánimo, a cocinar
INGREDIENTES:
~ 150 grs de merluza fresca por persona
~ 6 mejillones p/p
~ 1 Bote de espárragos blancos
~ 1 vasito de vino blanco
~ Sal, aceite de oliva, harina
PREPARATIVOS:
~ Pide en la pescadería que desescamen la merluza y la corten en rodajas de unos 3 ctrs. de grosor
~ Limpia los mejillones quitándoles las barbas y reserva
~ Tritura los espárragos y pasa luego por el chino para eliminar el exceso de fibra que resultará molesto a la hora de comer. Puedes volver a triturar la fibra para aprovechar al máximo, pero no olvides de colar antes de unir al resto
ELABORACIÓN:
~ Pon en una cazuela los mejillones con un chorro de aceite, unos ajos y añade el vasito de vino
~ En cuanto se abran los mejillones retira del fuego, cuela el caldo y reserva
~ También puedes utilizar almejas, pero el plato quedará mas plano de color
~ Elige una cazuela ancha o tartera y pon al fuego con un chorrito de aceite
~ Añade la cucharada de harina y dale un par de vueltas
~ Comienza a añadir parte del caldo de los mejillones y remueve para que se forme una velouté
~ Una vez consigas una salsa algo espesa añade poco a poco la crema de espárragos y remueve para que se una
~ Deja que se caliente un poco
~ Pon sal al pescado y una pizca de pimienta, pero con precaución, porque el sabor de la salsa es muy suave y la pimienta le quitará el protagonismo
~ Añade el pescado a la salsa caliente pero sin que llegue hervir
~ Pasados tres minutos dale la vuelta a las piezas de pescado y añade la carne de los mejillones.
~ El tiempo de cocción dependerá del grosor de las rodajas pero en cuanto pierden su transparencia y se hacen blanquecinas están a punto. Si lo cueces de más, pierdes el pescado.
El caldo de mejillón le aporta el fondo de pescado que necesitamos para elaborar el plato y el espárrago le proporciona un sabor suave que lo convierte en elegante.
El espectáculo está servido...
en tu mesa