Uno de los signos de la llegada del otoño es la aparición de membrillos en los mercados. Es un fruto que hay que trabajar en la cocina porque no se puede comer así sin más, como quien pela una manzana. Hay que transformarlo en dulce de membrillo tal como ya explicamos en su día. En aquella ocasión decíamos que es buenísimo si lo acompañamos con queso tierno o semicurado.
Pues bien, hoy queremos dar fe de ello, como si fuésemos unos notarios de los fogones. Para ello, hemos elaborado unas milhojas a base de ir intercalando láminas de dulce de membrillo, queso y pera conferencia. Para decorar, unas hojas de escarola que dan volumen al bocado, pistachos troceados y una reducción de vinagre de Módena. Sencillo y potente. Aunque el dulce de membrillo se puede comer durante todo el año hemos creído oportuno traerlo a la mesa justo ahora, recién hecho, cuando está en su mejor momento. Probadlo también en ensalada, con escarola, manzana, granadas y nueces. Puro otoño en el paladar.
RECETA
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INGREDIENTES
Dulce de membrillo.
Queso manchego semicurado.
Peras de conferencia.
Unas hojas de escarola.
Pistachos sin sal para decorar.
Reducción de vinagre de Módena
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PREPARACIÓN
Cortar el dulce de membrillo en láminas muy finas y con la ayuda de un cortapastas darle la forma deseada.
Preparar las milhojas colocando alternativamente el membrillo, la pera cortada en láminas finas, el queso, la escarola y acabar con el membrillo. Repetir la operación.
Decorar con unos pistachos cortados en trocitos y un chorro de reducción de Módena.