Ya teníamos la sobrasada vegetal y con esta morcilla vegetal puedes completar una mesa de aperitivos aptos para todos los perfiles y gustos. Va genial como entrante con tostaditas o en tartaletas o en bocata, se puede hacer con antelación y en un frasco bien cerrado se conserva hasta una semana en la nevera.
Al principio pensarás que te están engañando y eso, pero al poco rato estarás gozando del síndrome de estocolmo
Ingredientes:
600 g de berenjenas
250 g de cebollas
40 g de piñones
1 cucharada de orégano
1 cucharadita de comino
1 pizca de canela
1 cucharadita de pimienta negra recién molida
Aceite de oliva virgen extra
Sal Preparación:
Pelamos las berenjenas y las cortamos en cubos de 1 cm de lado, sumergimos en agua fría con sal y reservamos. Pelamos y picamos la cebolla muy pequeña.
Elegimos una sartén de fondo grueso y una tapa que encaje bien, el ideal es de hierro fundido. Calentamos la sartén con el fondo cubierto de aceite y cuando empiece a echar humo añadimos la cebolla, tapamos, bajamos el fuego y dejamos que se ablande durante 10 minutos más o menos.
Escurrimos las berenjenas y las enjuagamos bajo el chorro de agua fría, añadimos a la sartén con la cebolla, mezclamos todo bien y añadimos los cominos, la pimienta, la canela, sal y el orégano. Tapamos y dejamos que se haga a fuego lento entre 30 y 45 minutos, depende del tipo de berenjena. Buscamos que la berenjena se haga perfectamente hasta casi deshacerse.
Una vez transcurrido el tiempo destapamos y subimos a fuego medio, si tiene líquido dejamos que se evapore, si no, añadimos directamente los piñones, probamos, corregimos de sal y dejamos 5 minutos más.
El ideal es dejarlo reposar un rato antes de tomarlo, para mí como mejor se aprecian los sabores es templado pero en verano lo puedes servir frío y en invierno caliente. Yo prefiero poner bastante aceite para que la berenjena se confite y luego escurrir el resultado en un colador para eliminar el exceso de aceite. Ese aceite no se tira, se guarda para tostadas, ensaladas de tomate u otros guisos.
Me gusta mucho con pan de centeno, con hogazas de pan de pueblo y con tostadas de centeno, lo que está claro es que necesita pan. Se sirve en un cuenco con el pan aparte porque.
También queda genial revuelto con huevo, aunque ya no será vegetal.
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