En el mundo árabe la musaka es una ensalada cocida a base de tomate y berenjena que se sirve en frío. Sin embargo, la versión griega de este plato es mucho más conocida, hecha a base de diferentes capas, una primera de berenjenas fritas, una central con carne de cordero en salsa tomate y una última capa de bechamel, y se sirve caliente. En las versiones búlgara, serbia, bosnia y rumana la capa de berenjenas se sustituye por patatas.
Ahora vamos a preparar nuestra versión partiendo de la receta de las gemelas Helena y Vikki en su libro Taking You Home.
Los ingredientes para ocho personas son:Para la salsa boloñesa:
1/4 de taza de aceite de oliva virgen extra
1 cebolla marrón
500 g de carne de ternera picada
2 cucharadas de orégano seco
2 cucharadas de perejil seco
1 cucharada de canela en polvo
1 cucharada de sal
1/2 cucharada de pimienta
3 tazas de tomate natural triturado
1 cucharada de azúcar
Para las patatas:
3 patatas grandes
2 cucharadas de romero fresco
50 g de mantequilla
Para las berenjenas:
2 berenjenas grandes
aceite de oliva en spray
Para la bechamel:
100 g de mantequilla
5 cucharadas de harina
4 tazas de leche
2 cucharadas de queso parmesano
2 cucharaditas de nuez moscada
3 yemas de huevo
sal
pimienta
Otros:
2 cucharadas de pan rallado
Como ya he comentado al principio del post, la carne que se utiliza para la musaka es de cordero, pero como ya sabéis los que me conocéis y seguís este blog, a mi no me gusta por lo que la he sustituido por carne de ternera.
El perejil si es fresco mejor.
Como siempre, tanto la mantequilla como la leche y el queso son sin lactosa.
Y la harina que he usado ha sido maicena que no tiene gluten.
Preparación:
Es importante tener todos los ingredientes y utensilios que vamos a necesitar preparados antes de ponernos a cocinar.
Vamos a empezar preparando la carne, para ellos colocamos una cacerola a fuego medio y echamos el aceite. Cuando el aceite esté listo agregamos la cebolla que rehogamos durante unos minutos. A continuación añadimos la carne picada, la canela, el orégano, el perejil, sal y pimienta. Cocinamos hasta que la carne cambie de color y adquiera un tono marrón. En ese momento añadimos la salsa de tomate y el azúcar y cocinamos a fuego lento durante 30 minutos.
Podemos hacer la salsa el día anterior para que su sabor y aroma se potencien más.
Mientras la carne se está haciendo, nos ponemos con las patatas. Las lavamos y secamos bien. Las pelamos y las pasamos por una mandolina para cortarlas en rodajas finas y que sean todas del mismo grosor. Yo las suelo cortar con el cuchillo dándole un toque más rústico a la receta. Metemos las rodajas de patatas en una cacerola con agua, la llevamos a ebullición, cocemos durante 10 minutos.
Mientras esperamos a que las patatas estén listas picamos el romero. Escurrimos las patatas con ayuda de un colador o escurridor y las colocamos sobre una bandeja de hornear engrasada o utilizamos papel de hornear, espolvoreamos el romero por encima y colocamos la mantequilla puntualmente sobre las patatas. Horneamos durante 20 minutos.
Mientras esperamos a que las patatas terminen de hacerse, probamos la carne para ver si le falta algo más de sal o pimienta. Y nos ponemos con las berenjenas.
Cortamos las berenjenas en rodajas finas con la ayuda de la mandolina. Lo podemos hacer con el cuchillo pero la madolina nos va a dar más precisión en el grosor para que sea el mismo tanto en las patatas como en las berenjenas.
Conforme vamos cortando las berenjenas, vamos a ir colocando las rodajas sobre un plato o bandeja con sal para que no se oxiden y suelte el agua que tienen para que a la hora de freirlas no salpiquen.
Nuestra carne seguro que ya está y apartamos del fuego.
Limpiamos de sal las berenjenas.
Rociamos con un spray de aceite de oliva una cacerola y freímos las rodajas de berenjena durante 4 minutos por cada lado.
Sacamos las patatas del horno y nos ponemos con la bechamel.
Colocamos una cacerola pequeña a fuego medio y agregamos la mantequilla. Una vez la mantequilla se haya derretido añadimos la harina y removemos con una cuchara de madera hasta que se mezclen bien. Vertemos la leche y removemos bien. Añadimos el parmesano, las yemas de huevo, la nuez moscada, la sal y la pimienta y cocinamos sin dejar de remover hasta que la mezcla espese.
Una vez terminamos la bechamel, precalentamos el horno a 180ºC.
Necesitamos un molde de horno de unos 24x34 cm y 8 cm de profundidad. Lo engrasamos con aceite de oliva virgen extra.
Comenzamos colocando una capa de rodajas de berenjena, sobre la que colocaremos otra capa de carne picada y, a continuación, colocamos otra capa de láminas de patatas. Repetimos este proceso una vez más.
Cubrimos la última capa de patatas con la bechamel y, para terminar, espolvoreamos el pan rallado.
Horneamos durante 30 minutos o hasta que la parte superior de la musaka esté dorada.
Presentación:
Se coloca en el centro de la mesa para que cada uno se sirva lo que quiera en su plato.
Para el maridaje, elegimos un vino tinto de Somontano del 2009 de las bodegas Enate, que se elabora con uvas Shiraz y Syrah, una combinación muy peculiar que se caracteriza por una aroma a frutos rojos con un toque a flores y a vainilla, mientras que en boca queda carnoso y aterciopelado.
Bon appétit!!!