Lo había hecho al vapor y luego salteado con ajito y aceite. Como así ya sabía yo que mi santo y Lucía no se lo iban a comer, pues a ver si camuflándolo entre huevos no se enteraban ;P
Pero no resultó el invento.
Buenísimo estaba, pero no conseguí colarles gato por liebre.
Como soy de naturaleza cabezota, no cejé en mi intento.
Allá que me fui a darle una vuelta al asunto del brócoli.
Y esto es lo que salió
¿Y qué paso? ¡Pues que a Lucía le encantó! Porque claro, eso no tenía nada que ver con la tortilla del otro día claro.
Más bonitos y curiosos quedan, con eso de llamarlos muffins ya la fui conquistando, y la textura es más suave y jugosa que en tortilla, pero que llevar, llevar, pues lleva lo mismo, pero a ella no se lo digáis claro.
Así que vamos con el experimento que no lleva ni brócoli ni huevo para mi hija, chist!
Ingredientes (salen unos 10-11):
– 1 brócoli
– 4 dientes de ajo
– AOVE (aceite de oliva virgen extra)
– 5 huevos
– Pimienta negra molida, ajo en polvo y sal.
– Queso rallado.
Elaboración:
Cortamos el brócoli quitándole los tallos gordos y dejando los ramilletes.
Lo lavamos y lo hacemos al vapor durante unos 5-8 minutos. El tiempo dependerá de que os guste más o menos hecho. Cuanto menos tiempo lo dejéis más conservará sus propiedades. Pero si lo preferís un poco más blandito dejarlo unos 10-12 minutos.
Sacamos el brócoli del fuego y lo dejamos escurriendo.
Picamos los ajos muy finitos y los salteamos en una sartén con un buen chorro de AOVE.
Añadimos el brócoli y salteamos unos minutos.
Mientras, en un cuenco, batimos los huevos, aliñamos con la pimienta, ajo y sal al gusto y añadimos un puñado de queso rallado.
Sacamos el brócoli de la sartén a un plato y lo chafamos un poco con un tenedor.
Lo incorporamos al cuenco de los huevos y mezclamos.
Necesitaremos un molde metálico para cupcakes, o unos moldes de silicona para magdalenas o también nos sirven los moldes individuales de aluminio. Lo que tengáis o prefiráis.
Engrasamos cada hueco con un poco de aceite, vertemos la mezcla y ponemos un poco de queso rallado por encima.
Llevamos al horno, precalentado a 180C, calor arriba y abajo, en el centro, y horneamos durante unos 15-20 minutos.
Hasta que el queso se funda, dore y el huevo cuaje. Podéis hacer como con los bizcochos, probar pinchando con un palillo, si éste sale limpio ya está listo.
Sacamos, desmoldamos y ¡a comer!
Qué los disfrutéis.
Con esta receta participo en el reto Recetas sanas de Facilísimo.