El pollo es uno de los alimentos más presentes en nuestra dieta. No solo resulta económico, sino que también nos permite dotarle de una gran diversidad de sabores. Es una carne muy agradecida en los fogones. En esta ocasión, os voy a mostrar cómo hacer Muslos de pollo macerados al horno.
Dentro de la cocina es muy fácil entretenerse y pasarlo bien. Una de las mejores formas es jugar con las especias. En Andalucía se suelen usar mucho estos ingredientes, quizás por ese pasado histórico árabe. Echar un poco de esto, un poco de aquello…; al final, obtenemos sabores increíbles y fascinantes.
La receta de hoy se basa en la maceración con especias. Quizás me haya animado a elaborar este plato porque hace poco vi la película Un viaje de diez metros. La misma narra la historia de una familia hindú que llega a Francia para montar un restaurante. Su trama gira en torno al uso de las especias en la comida francesa.
Entre tanto curry y cardamomo decidí que era hora de publicar en el blog una receta a base de hierbas aromáticas. Además, así aprovechaba para participar en el reto mensual de la Red Facilísimo en la sección de recetas con pollo. No obstante, las especias que he usado son mucho menos exóticas que las de la película.
INGREDIENTES:
3 muslos de pollo.
Aceite de oliva virgen extra.
Vinagre.
Sal.
Ajo.
Tomillo.
Perejil.
Romero.
Pimentón picante.
1º. Cogemos un táper o bandeja y vertemos sobre ella abundante aceite, vinagre y todas las especias (la cantidad depende de si queréis mucha salsa o no). A continuación, posamos los muslos de pollo y volvemos a verter sobre ellos la misma combinación. Luego con la tapa cerramos el táper y removemos. En caso de usar una bandeja, removeremos ayudándonos de dos cucharas. Con ello conseguiremos que toda la mezcla impregne al pollo.
2º. Luego lo metemos en la nevera y lo dejaremos durante una noche entera o un día entero, según lo queráis más macerado o menos. Recordad que a mitad del tiempo que lo dejéis macerar, debéis darles la vuelta a los muslos o volver a agitarlos. Observaréis que la carne se va tornando de un color rosado a un poco más blanquecino, eso es síntoma de que la maceración va viento en popa. Además, gracias al pimentón se teñirá de rojo. Pasado el tiempo de maceración, dejaremos la salsa por un lado y el pollo por otro.
3º. Es el momento de meterlo al horno. Lo posamos sobre una bandeja y lo cocinamos a 200º. Dependiendo del horno que tengáis tardará alrededor de una hora u hora media. Empezaremos con un poco salsa y después, según vaya pasando el tiempo, le iremos añadiendo más. Lo que buscamos es que el pollo quede jugoso.
4º. Fijaos el color que obtienen estos muslos. Están dorados, crujientes, jugosos y especiados. Parte de la mezcla de la maceración se habrá consumido, pero el resto habrá permanecido, así que vertedla sobre la fuente donde coloquéis los muslos, pues estará estupenda para mojar pan.
Los podéis acompañar con cualquier tipo de guarnición, aunque os recomiendo una buena ensalada. Además, esta maceración la podéis hacer con otro tipo de carnes como el conejo. Siempre carnes con poco sabor, porque las especias le dan toda esa intensidad.
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