Como muchos de vosotros sabréis, tenía pendiente subir esta rica receta. Natillas de chocolate blanco. Estoy segura que muchos pensaréis “uff, qué empalagoso”, “eso debe estar demasiado dulce”, os equivocáis. Vale, sí, tiene su punto dulce, pero no es nada empalagoso. He intentado echar el mínimo de azúcar posible, así que si hacéis la receta tal cual os digo, no os arrepentiréis de haberla hecho. Sólo os digo que mi madre, amante del chocolate negro, dijo que estaban muy buenas. Por algo será, ¿no? Además, son muy facilitas de hacer, así que no tenéis escusa.
Dicho esto, para todos aquellos amantes del chocolate blanco (y los que no también), esta es vuestra receta
INGREDIENTES:
600g de leche entera
30g de maizena
3 yemas
50g de azúcar
150g de chocolate blanco para postres
1 rama de canela
ELABORACIÓN:
En un cazo ponemos 500g de leche junto con la rama de canela y la llevamos al fuego. Cuando rompa a hervir, retiramos, tapamos y dejamos infusionar al menos 10 minutos.
Por otro lado, disolvemos la maizena en los 100g de leche restante. Reservamos.
En un bol, ponemos las yemas junto al azúcar y batimos hasta obtener una crema blanquecina y espumosa. Seguidamente, añadimos la mezcla de leche y maizena y volvemos a batir.
Una vez la leche haya infusionado, retiramos la rama de canela y la añadimos a la mezcla de las yemas. Mezclamos bien y colamos sobre el mismo cazo para volverlo a llevar al fuego. Además, también añadiremos el chocolate troceado. Cocemos a fuego medio-bajo y sin dejar de remover con unas varillas. Cuando veamos que el chocolate se ha deshecho y que las natillas empiezan a espesar, ya las tendremos listas.
Vertemos las natillas en nuestros moldes y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Podéis decorarlas con chocolate negro como he hecho yo, con canela o con lo que más os guste. Cuando se hayan enfriado, las llevamos a la nevera. ¡Y listas!
Mirad qué cremosas quedan..
Animaos a prepararlas y me contáis
¡Un besote!
Rocio