En estos días de confinamiento, en los que resulta complicado salir a comprar puede ocurrirnos que nos quedemos sin alguna hierba en la cocina o sencillamente que no sea práctico comprarlas porque no nos van a durar muchos días. Siempre podemos sustituir la hierba fresca por una hierba seca que tengamos en la despensa.
¿Y qué pasa si no tenemos una hierba en concreto?
No pasa nada, en este caso tendremos que echar mano a la imaginación y sustituirla por una hierba totalmente diferente que tenga un sabor parecido. A veces podemos sustituirla por una mezcla de dos o mas hierbas.Por ejemplo,
si no tenemos laurel podemos sustituirlo por tomillo u orégano (un cuarto de cucharadita de tomillo seco u orégano por cada hoja de laurel).
la albahaca también podemos sustituirla por orégano o tomillo.
la canela por nuez moscada
el clavo por canela o nuez moscada
la nuez moscada por canela o jengibre
el orégano por albahaca o tomillo
el romero por tomillo
el cardomomo por jengibre
¿Qué sería de una boloñesa sin orégano o una salsa pesto sin albahaca? Las hierbas son muy importantes en la cocina, porque intensifican el sabor de los platos, les dan aroma y sabor.
Si la receta que vais a preparar requiere una hierba fresca, ¿cuál es la cantidad equivalente si usáis la misma hierba seca?
Esa es la gran pregunta. Las hierbas secas suelen ser más potentes que las frescas. Por ello necesitaremos sustituir la hierba fresca por menor cantidad de hierba seca. Una buena regla es usar 1/3 de hierbas secas de la cantidad requerida de hierbas frescas.1 cucharada de hierbas frescas = 1 cucharadita de hierbas secas
(hay 3 cucharaditas en una cucharada)
Algunas hierbas sazonan muy bien secas como el eneldo y el tomillo, el orégano, la mejorana, el romero, el laurel … Otras por el contrario tienen más sabor frescas como el perejil, el estragón y el cebollino. También el sabor de la albahaca fresca es mucho más dulce e intenso que el de la albahaca seca.
Las hierbas secas funcionan mejor en guisos adobos, y cualquier plato que vayamos a congelar. Las hierbas frescas mejor agregarlas al final de la cocción o inmediatamente después. Las hierbas secas en cambio se benefician de la cocción y deben añadirse antes para ayudarlas a conseguir su pleno sabor.
En general, las hierbas secas son una forma económica y sencilla de dar sabor a los platos.