Según Fernando existen cuatro tipos de personas, “la gente normal”, “los que nunca fallan”, “los que sólo cometen errores” y “los que no hacen nada”, así que visto lo anterior es un verdadero privilegio y un orgullo que me considere N O R M A L, gracias!!!
Pues con mis aciertos y fallos pero siempre trabajando y actuando os dejo esta receta, que seguro que no será del agrado de muchas personas pero estoy segura de que a otras muchas les gustará.
Ingredientes para dos personas:
Aceite de oliva “virgen extra”, 1 cucharada
Bacon, 3 lonchas
Fiambre de pavo o similar, 4 rodajas gruesas
Huevo, 1
Laurel, 3 hojas
Macarrones o cualquier pasta que os guste, 200g
Nata (crema de leche) “especial cocina”, 4-5 cucharadas
Piñones, al gusto
Sal fina, al gusto
Sal gruesa, 1 cucharada
Especias:
Canela, 1/2 cucharadita
Jengibre molido, 1/2 cucharadita
Nuez moscada, 1/2 cucharadita
Pimienta blanca molida, 1/3 de cucharadita
Utensilios:
Escurridor grande
Cacerola honda
Cuchara de palo
Cuchillo afilado
Sartén amplia y antiadherente y otra pequeña
Tabla para cortar
Elaboración:
Cuece la pasta en abundante agua con sal gruesa y tres hojas de laurel el tiempo que indique el fabricante.
Escurre la pasta cuando esté “al dente”, refréscala bajo el chorro del agua fría y reserva.
Corta el fiambre de pavo en dados pequeños.
Corta el bacon en tiras.
Vierte la cucharada de aceite de oliva en la sartén y caliéntalo a fuego fuerte sin que llegue a humear.
Fríe los dados de pavo y el bacon hasta que estén dorados.
Retira el exceso de aceite de la sartén, puedes ayudarte con un colador grande, y vuelve a llevar la sartén al fuego.
Mezcla la pasta que tenías reservada, en este caso fueron macarrones, y calienta el conjunto a fuego suave, salteando el contenido de vez en cuando para que no se nos dore la pasta. (El propósito de este paso es que los macarrones cojan temperatura).
Prepara las especias.
Canela, jengibre molido, nuez moscada y pimienta blanca.
Casca el huevo, agrégale la nata (crema de leche), las especias y un poco de sal fina al gusto, bate hasta conseguir que todo esté ligado.
Vierte la mezcla de nata (crema de leche), huevo y especias sobre la pasta y remueve con la cuchara de madera hasta que el huevo esté cuajado.
Sirve en los platos.
Dora los piñones en una sartén pequeña sin ningún tipo de grasa, ten mucho cuidado porque los piñones, debido a la grasa que contienen, se queman enseguida.
Esparce los piñones por encima de la pasta y ya tienes el plato listo.
Están muy ricos.
A nosotros nos gustan tal cual aparece en la fotografía, pero si los deseas más jugosos, puedes añadir un huevo más y una cucharada extra de nata (crema de leche).
Hay quienes se consideran perfectos, pero es solo porque exigen menos de sí mismos.