¡¡¡Qué genial estar por aquí redactando este post!!! ¡¡¡Qué felicidad más grande, de verdad!!! Aunque tengo que confesar que he estado a un paso de no poder hacerlo...
En esta ocasión, la culpa no ha sido de la pastelería. Por extraño que parezca, no ha surgido ningún encargo de última hora que tenga que atender de inmediato. Esta vez, el único responsable ha sido mi ordenador. En concreto, el programa de edición de imágenes, que por una extraña razón, hoy no estaba por la labor de abrir las fotografías de esta receta. Os prometo que entré en pánico ante el mensaje de error. Es ver aparecer en el monitor esa ventanita con el círculo rojo a la izquierda, con la única opción de "Aceptar" y me entran los siete males.
En algún que otro post, allá por los años de la polka, os he hablado de mi pánico a los errores informáticos. Desde mi época de pre-adolescente, con esos ordenadores dotados con Windows98, he desarrollado un miedo atroz a ir a llevar a cabo alguna tarea y que se cuelgue el PC, que no arranque por cualquier extraño motivo, y que por mi nula pericia en estos ámbitos me vea en la obligación de dejarlo en la enfermería la friolera de una semana o, en el peor de los casos, algunos diítas más (ejem).
Ante este panorama, y después de consultar en la web de Adobe alguna solución a mí problema y, ¡sorpresa!, no hallarla (como es habitual cada vez que consulto alguno de estos manuales en línea), respiré hondo y vino a mi mente una de las últimas y más satisfactorias soluciones a uno de mis últimos problemas con la informática: consultar un tutorial en Youtube. Y sí, gracias a un vídeo explicado la mar de bien, pude introducir una serie de datos en unas carpetas del sistema y, voilá, ¡mi editor de imágenes ya podía abrir las fotos!
Gracias a ese fabuloso tutorial, desde hoy tenéis disponible la receta de este jugoso y, a la vez, esponjoso pastel de requesón (o ricotta, que parece que queda más fino ^_^) con un toque de limón. Es excepcional, en serio: combina lo mejor de una tarta de queso con la textura esponjosa de un pastel. A mí me parece ideal para desayunos. No me quiero alargar mucho más contándoos las virtudes de este dulce, pues saltan a simple vista y creo que ya bastante chapa os he metido contándoos mis últimas peripecias informáticas. Solo os pido que lo probéis en vuestras casas (dicen que mañana pasa la ola de calor, así que no tenéis excusa), y me contéis qué os parece.
Pastel de ricotta y limón:
INGREDIENTES
170g de mantequilla, a temperatura ambiente
150g de azúcar
La ralladura de 3 limones
3 huevos L, separadas las yemas de las claras
400g de requesón, ricotta o queso fresco bien desmenuzado con un tenedor
80g de harina
2 cucharaditas de levadura química
pizca de sal
PREPARACIÓN
Mezclamos 100g de azúcar con la ralladura de los tres limones. Agregamos la mantequilla, y blanqueamos batiendo durante unos 3 minutos. Agregamos las yemas y el queso, y batimos hasta que se integren.
Tamizamos la harina con la levadura, y lo agregamos a la preparación anterior.
Por último, montamos las claras con una pizca de sal y los 50g de azúcar restantes, e integramos este merengue con movimientos envolventes.
Vertemos dentro de un molde alargado, engrasado con mantequilla o spray desmoldante, y con la base cubierta con papel vegetal, y horneamos 45-50 minutos a 165ºC. Dejamos enfriar por completo antes de desmoldar, y espolvoreamos con un poquito de azúcar glas.