Hablando con mi madre de ello, me comenta que el jamón y la manteca que usaba la abuela eran de matanza propia y que ella cree que ese es el motivo de que nos quede distinto.
No obstante, es un plato diferente, rico y muy socorrido que os aconsejo probar.
Ingredientes:
1 cucharada de manteca de cerdo.
1/2 cebolla y 1 ajo.
100 gr. de jamón ibérico.
200 gr. de aceitunas verdes.
1 litro de caldo de jamón.
orégano y colorante alimentario.
sal, pimienta, comino y laurel.
1 huevo duro.
Tendremos disponible y caliente un buen caldo de jamón que habremos hecho con un hueso de jamón y una punta previamente blanqueados. Después solo hay que añadirles el agua, un casco de cebolla, una zanahoria y un trozo de puerro. Se pone fuego fuerte hasta que alcanza el punto de ebullición, desespumamos si es necesario, bajamos el fuego y lo dejamos cocer a fuego lento durante 2 horas. Colamos y reservamos.
Ponemos al fuego en una cazuela una cucharada generosa de manteca y, cuando esté diluida, añadimos la cebolla y el ajo picaditos.
Cortamos pequeñito el jamón y picamos también las aceitunas. Las añadimos a la cazuela donde estaban la cebolla y el ajo y le damos unas vueltas.
Sin esperar a que las cosas cojan color, ponemos una pizca de orégano y otra de colorante alimentario, algo de comino en polvo y removemos de nuevo.
Añadimos a la cazuela las patatas cortadas en cuadraditos de dos o tres centímetros, una hojita de laurel, el caldo de jamón y salpimentamos.
Dejamos cocer a fuego lento durante 30 minutos o hasta que las patatas estén bien cocidas pero no deshechas.
Apartamos del fuego, añadimos el huevo duro picado groseramente y rectificamos de sal si es necesario.
Dejamos reposar unos minutos y servimos bien caliente.
Y recordad: “Cuanto mejor sea el caldo de jamón, mejor saldrá la sopa”.