Ingredientes
-3 medias pechugas de tamaño mediano
-aceite de oliva virgen extra
-sal
-salsa pesto
-1 tomate
-queso cheddar (rayado o en lonchas)
Limpiamos las pechugas de los posibles restos de grasa que pueda tener. Las colocamos en una fuente de horno y las rociamos con un chorrito de aceite de oliva y un poquito de sal.
Horneamos a 200º durante 15 minutos por ambas caras de la pechuga.
Sacamos la bandeja con las pechuga y las cubrimos con salsa pesto (al gusto) y unas rodajas de tomate natural.
Cubrimos con abundante queso rayado (yo he elegido cheddar porque a mí hija le encanta, pero un buen parmesano también combina estupendamente) o con queso en lonchas.
Volvemos a meter en el horno y horneamos las pechugas de pollo al pesto hasta que el queso esté fundido.
Cuando estén hechas, las sacamos y las servimos calentitas. El resultado unas jugosas pechugas de pollo sin grasa y con un sabor diferente que os encantará.
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