Hoy en el blog una de esas recetas sumamente sencillas y con un resultado espectacular. Unas pechugas de pollo, con salsa pesto, tomates cherry y queso mozzarella, ¿a qué suena bien?, pues la verdad es que saben igual que suenan. La idea la vi en Pinterest, como tantas otras recetas que me inspiran día a día. Se pueden preparar con antelación y meter en el horno en el último momento, lo que hace que sea una idea para tener en cuenta cuando tenemos prisa.
INGREDIENTES:
Tres o cuatro medias pechugas de pollo deshuesadas
Sal
Pimienta
Tomates cherry
Queso mozzarella
Para el pesto:
Unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Un puñado de nueces peladas
Un diente de ajo
Unas hojas de albahaca
Sal
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será preparar la salsa pesto. Para ello ponemos en el vaso de la batidora el aceite, el diente de ajo, la albahaca y el puñado de nueces (he prescindido del queso porque ya lleva la receta y no quería añadir calorías extra, por lo que la salsa de pesto sale más ligera). Trituramos todo bien y reservamos.
Salpimentamos las pechugas y marcamos en una sartén con un poco de aceite de oliva durante unos minutos hasta que deje de estar cruda por fuera. Sacamos y ponemos sobre una fuente de hornear. Cubrimos con la salsa pesto, Ponemos por encima los tomates cortados en dos. Y por último cortamos el queso mozzarella y disponemos por encima.
Horneamos durante unos 40 minutos en el horno, a 200º hasta que veamos que las pechugas estén hechas y los tomates también, así como el queso fundido. Sacamos y servimos.
Yo no tenía mucho tiempo, por lo que lo preparé por la noche, lo tapé bien y lo horneé al día siguiente. Quedó perfecto, por lo que, como digo, podéis tenerlo listo con antelación y hornearlo en el último momento.
Feliz miércoles.