En toda la historia de la humanidad solo ha habido dos pulpos famosos. Uno, el que concibió la mente de Jules Verne que en su novela “Veinte mil leguas de viaje submarino” amenazaba con zamparse el “Nautilus”, el submarino donde viajaban los protagonistas. Su nombre era Kraken. Era pura imaginación del autor francés. El otro pulpo famoso se llamaba Paul y se dijo que era capaz de adivinar los ganadores de los encuentros del Mundial de Fútbol de Sudáfrica en donde, por cierto, ganó la Selección Española. Pura imaginación, también, o simple chamba, suerte o chiripa. Lo único cierto es que estos cefalópodos de ocho brazos o patas con ventosas son listos y su mimetismo les permite adoptar el color de las piedras submarinas para pasar desapercibidos y así escapar. El que no se nos escapó fue éste –bueno, únicamente una pata- que hemos cocinado con cariño acompañándolo de una parmentier de patata. Está sublime.
RECETA
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INGREDIENTES
Una pata de pulpo (250g)
Una cucharadita de pimiento dulce
Aceite de oliva virgen
Sal de escamas
Tres patatas grandes de la variedad kennebec o monalisa
80 g de mantequilla a temperatura ambiente
Un poco de leche
Nuez moscada
PREPARACIÓN
Pelar y cortar las patatas. En una cazuela con abundante agua con sal cocer las patatas hasta que estén tiernas. Escurrir y pasarlas por el pasapurés.
Agregar la mantequilla al puré de patata hasta que se funda. Poner un poco de nuez moscada y un poquito de leche.
En una plancha o sartén ligeramente aceitada, pasar el pulpo unos minutos por cada lado.
Servir caliente acompañado del parmentier de patata y rociar el pulpo con una mezcla de aceite y pimentón. Añadir unas escamas de sal por encima.