¡¡ No puedo decir ni harre !! Es la expresión tan malagueña, así con el sonido de la h o con ésa suave j aspirada que usamos los antiguos, que no viejos, para decir que estamos llenos, cuando nos hemos saciado al máximo, y que yo usé justo después de terminar y disfrutar éste riquísimo plato ( que conste que se escribe sin h).
Y quizás quienes tienen la delicadeza de leer las entradas de mis recetas, se preguntarán que significa arre, y que quiero decir con ésta metáfora.Según he podido averiguar, arre, es una interjección típica que usan los arrieros para estimular y hacer andar a las caballerías; palabra arábiga emparentada con reata ( del latin, reaptare que significa atar). Empezarían gritando reata a la par que le daban algún que otro golpe a los pobres animalitos, de ahí derivaría a arre.
Aunque a mi, no hay que arrearme mucho para comerme este riquísimo plato para cenar, después de una de mis caminatas en uno de los bonitos Paseos Maritimos que tenemos en Málaga, en las que cualquiera que me vea sí que parece que me van arreando ya que en ellas suelo andar una media de casi 5 kmts en cuarenta minutos. Después de un arduo día de trabajo, una vez que mi marido cierra la oficina, nos calzamos unos zapatos más acorde para el ejercicio, ropa cómoda y a nuestra grata rutina, que con el tiempo es difícil cortar y detener: caminar.
Esta actividad, casi diaria, para la que evidentemente no es necesario ingresar en un gimnasio, ni pasar largos ratos haciendo spinning, que no requiere entrenamiento previo, no requiere precalentamiento, no se sufre tanto físicamente como suele ocurrir cuando se corre, es fácil, económico y es una actividad que genera poco riesgo.Tengo entendido que los médicos han llegado a la conclusión de que una caminata diaria, a un ritmo de tres a cinco kilómetros en forma continuada, como mi marido y yo solemos hacer es necesario para la salud física.
Personalmente lo tengo en cuenta, es saludable, me mantiene en forma, sé que ayuda el caminar a reducir el riesgo de ciertas enfermedades, pero me anima aún más el hecho de que caminar junto al mar me relaja, me trae paz al espíritu y puedo disfrutar aún más gracias a la compañía de mi marido. Siempre a su lado.Y como es lógico, después de una larga caminata, a reponer energías y calorías, apetece y nos podemos permitir una buena cena, en ésta ocasión: puré de patatas, huevo frito y foie de pato a la plancha. Fácil, rico y rápido de hacer. Así que arreando que es gerundio y a explicar como lo he preparado:
En una cacerola poner a cocer, en agua con sal al gusto, las patatas. Una vez cocidas, escurrir y reservar calientes.Mientras freir el huevo en aceite de oliva virgen extra (sigo fiel al aceite de nuestra provincia, hoy por hoy estoy usando de Riogordo), salándolo al gusto. (Personalmente no me gusta la yema muy clara, por lo que suelo ir echándole aceite con la espumadera por encima a fin de que cuaje a mi gusto).Cortar dos rodajas de foie de pato y pasar por una plancha con un pelín de aceite (solo calentar).Machacar las patatas con un tenedor, agregando un poco de pimienta negra recién molida, un pellizco de sal y aceite de oliva virgen extra.Colocar el huevo encima, al igual que el foie.
En ésta ocasión no he cuidado la presentación a la hora de emplatar por lo que quizás estéticamente no está bien, igualmente la foto no es buena (de noche, luz interior, prisas, etc.), pero sí puedo asegurarles que el conjunto de ingredientes es realmente exquisito.¡¡ Pruébenlo y disfrútenlo !! Aunque no hayan hecho una larga caminata.