Que adoramos la canela es un hecho como el sol que sale cada mañana, o como que una película de John Carpenter aburre soberanamente y aún así te mantiene adherido al televisor. Hace unos meses descubrimos que existe una forma más sana y bastante menos peligrosa de "masticar" canela, que el famoso reto que te empuja a asfixiarte entre cucharadas compartiendo en internet lo imbécil que puedes llegar a ser provocándote un colapso pulmonar en público. Los colapsos se los hace un en privado cuando te despiertas de madrugada con ansia berserker de dulce, y te metes una cucharada de ColaCao hasta los alveolos. Pero siempre en privado, que los ojos inyectados en sangre saturan los rojos de la cámara.
Digamos que cuando probamos por primera vez este Crumb Cake de Manzana y Canela templado, con esos aromas a caramelo, manzana caliente y mantequilla vaporizándose y acudiendo en masa hacia el cerebro, nos despertamos sobre un charco de saliva. Mientras nos reconocían en una sala de urgencias y ante la pregunta de ¿Cómo ha ocurrido? y ¿¡Por qué estáis tan empapados que dais asco hasta tocándoos con un palo!?, procedimos a relatar muy despacio la receta de este pastel mientras nos envolvían con gasas las comisuras de los labios para no derramarnos de nuevo.
INGREDIENTES
Para el crujiente:
185gr. de harina
105gr. de azúcar moreno
60gr. de azúcar blanco
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de canela
1/4 de cucharadita de nuez moscada
112gr. de mantequilla
1/2 cucharadita de esencia concentrada de vainilla Para la masa del pastel:
20gr. de mantequilla
125gr. de azúcar blanco
1 huevo grande
1 cucharadita de esencia concentrada de vainilla
125ml. de crema agria
125gr. de harina
1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
1/4 de cucharadita de sal
1/2 cucharadita de levadura química (tipo Royal&trade)
PREPARACIÓN
Lo que más llama la atención de este pastel es lo pequeñito y poca cosa que parece... pero engaña, y no poco. Es contundente, sabroso y llena. Como se sirve templado, ese plus sacia bastante y los sabores y aromas se intensifican hasta que la gomilla de la ropa interior se repliega sobre si misma y da para un capítulo de "Cosmos".
Comenzaremos preparando el crujiente. Para ello calentamos la mantequilla unos segundos en el microondas hasta derretirla y la mezclamos junto con el resto de ingredientes secos, moviéndolos hasta conseguir una textura granulada y suelta. Apenas hemos empezado y si probáis la mezcla podéis ir haciéndoos una idea del nivel de satisfacción que alcanzaremos cuando acabemos.
Continuamos elaborando la masa del pastel. Para ello en un recipiente batimos la mantequilla con el azúcar a máxima potencia hasta conseguir una masa ligera y esponjosa, para añadir seguidamente el huevo.
Lo mezclamos todo muy bien y terminamos vertiendo la vainilla y la crema agria. Oh, la crema agria, ese elemento tan socorrido y fácil de elaborar que sirve tanto para postres como para burritos. Volvemos a mezclarlo todo con energía, hasta que todo quede bien homogeneizado.
En otro recipiente mezclamos la harina, la levadura, la sal y el bicarbonato. Un par de buenas sacudidas para que quede bien distribuido por igual, y lo añadimos a la crema líquida anterior mezclándolo con suavidad y movimientos envolventes hasta que todo este bien integrado y sin grumos.
Ni siquiera hemos tenido que tamizar la harina, así que no tenéis excusas para moverlo con ánimo hasta descomponer cada bulto de harina. Os animamos a sujetar el recipiente bajo la axila y a menear enérgicamente la paleta con la otra mano mientras canturreáis una copla. Queda de lo más "España cañí". De paso asustaréis a los vecinos por aquello de haber envejecido 50 años en unos segundos. Automáticamente os crecerán unas medias/calcetines a la altura de las pantorrillas, y terminaréis riéndoos a carcajadas como público en un programa de Canal Sur. Podéis culparnos, lo negaremos todo.
Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos a conciencia un molde para tartas de unos 20cm de diámetro. Recordad que la tarta sale pequeñita, crece poco y no queremos que parezca una torta. De forma que añadimos la mitad de la masa para el pastel en el fondo del molde.
A continuación, colocamos la manzana cortada en láminas cubriendo toda la superficie de la masa y escondemos esta última bajo un centímetro de nuestra azucarada mezcla crujiente. ¡La lasagna más dulce del mundo!
Finalizamos añadiendo el resto de la masa para el pastel, extendiéndola con cuidado ya que se adherirá al crujiente tratando de arrastrarlo con cada movimiento, y tened en cuenta que queremos que éste quede distribuido lo más uniformemente posible por todo el interior del pastel. Terminamos cubriéndola con el resto del crujiente, que no será poco.
Horneamos unos 35 o 40 minutos, o hasta que introduzcamos una aguja, cuchillo o palito en el centro de la masa, y éste aparezca limpio. Pasamos un cuchillo con cuidado alrededor del molde y desmoldamos el pastel con cariño mientras lo dejamos que se enfríe un poco.
¿Como nos gusta comer este pastel? Tibio. Los crumb cakes con el frío de la nevera tienden a endurecerse. Apenas unos segundos el microondas, la mantequilla se calienta y vuelve a dejarlo suave y crujiente, aflorando todo el sabor y los aromas. Acompañado con un poco de nata montada (crema de leche) con azúcar en polvo, a la que hemos añadido una cucharadita de dulce de leche, lo convierte en un postre o merienda fino y diferente, para servir en porciones pequeñas, ya que sacia con facilidad...
...mentira, porque una porción de esta Crumb Cake de Manzana y Canela Sexy nunca es suficiente.
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