Hola! Me hace mucha ilusión compartir esta receta. Me encantan los mercadillos navideños que hay en todas las ciudades de Alemania y cada día a partir de la tarde se llenan de gente tomando vino caliente, fruta con chocolate o sopas (a parte también venden figuritas para decorar la casa en navidad).
La receta de hoy está inspirada en estos mercadillos, no es una simple sopa de calabaza (que ya está buenísima por si sola) sino que no necesitaremos plato para servirla. Un pan redondo y vacío será nuestro plato. Parece un poco raro pero es una idea genial. Se trata de ir rascando la miga de pan que queda dentro y mezclarlo con la sopa. Te aseguro que quedas muy lleno!
En otoño todo se tiñe de color naranja, es época de boniatos, calabazas y caquis, así que esta sopa es ideal! Sienta muy bien cuando ya viene el frío y ademas es muy nutritiva y sana.
La sopa normalmente la asociamos con un alimento saludable pero muchas veces entre sus ingredientes podemos encontrar mantequilla o crema de leche, las cuales son altas en grasas saturadas que queremos evitar. Esta receta es muy baja en grasa, sin colesterol y muy fácil de digerir.
La sopa contiene básicamente calabaza. Hay muchísimas variedades y nos sirve cualquiera que sea apta para cocinar (yo he usado la variedad llamada Hokkaido). En general todas las calabazas son buenos antioxidantes ya que son ricas en carotenos, vitamina A, B y C, además de aportarnos gran variedad de minerales como potasio, fósforo o calcio.
El romero y la calabaza resulta que fueron creados el uno para el otro. Mucha gente opina que su combinación es una de las mejores, así que incluiremos romero en la receta. Podemos usar romero seco o fresco. Si no te gusta esta especia la puedes sustituir por otra.
Ingredientes:
1 calabaza
2 o 3 cebollas grandes
2 o 3 vasos de caldo vegetal
Romero fresco o seco
1 pan redondo con la corteza resistente
Preparación:
Primero prepararemos la sopa. Pelamos y cortamos la cebolla y la calabaza. En una sartén honda calentamos un poco de agua (o aceite) y añadimos la cebolla. Cocinamos durante unos 10 minutos hasta que esté blandita. Se debe ir removiendo de vez en cuando y vigilando que no se pegue (en caso de usar agua en vez de aceite, añadir agua a medida que se evapore para evitar que se pegue la cebolla y se queme).
Seguidamente añadimos la calabaza troceada y el caldo. La cantidad de caldo debe ser suficiente para cubrir ligeramente la calabaza y la cebolla, pero sin pasarse. Tapamos y dejamos que hierva a fuego lento durante 20 minutos.
Pasado ese tiempo retiramos del fuego y añadimos el romero. En caso de ser fresco añadimos 2 ramitas, lo dejamos infusionar y lo retiramos pasados los 20 minutos. En caso de ser seco lo dejamos infusionar igualmente 20 minutos pero no lo podremos retirar (no pasa nada).
Luego se deben triturar las verduras. Se puede hacer con una batidora de mano o con una batidora como la que se ve en el video.
En caso de usar una batidora y triturar las verduras calientes, es importante no llenarla hasta arriba y dejar la tapa un poco abierta para evitar que el vapor haga demasiada presión y ocurra un desastre.
El puré o sopa la podemos servir al momento o guardarla en la nevera (unos 3 o 4 días) o en el congelado y calentar cuando la necesitemos.
Ahora toca preparar el pan. Cortamos la parte superior que servirá de tapa y vaciamos el interior dejando un grosor de entre uno y dos dedos de miga. Ya podemos rellenar el pan de sopa y disfrutar!
Se puede decorar con especias, frutos secos o semillas. En mi caso añadí semillas de cáñamo, altas en proteína y ácidos omega 3.
La manera de comer este plato es ir rascando con la cuchara la miga de pan que hemos dejado pegada a la corteza y mezclarla con la sopa. Finalmente nos podemos acabar el pan! Buen provecho!
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