Este pescado azul de jugosa textura, es una fuente de proteínas de alto valor biológico, puede convertirse en el protagonista de muchos platos para disfrutar al máximo de su jugosa textura y su característico sabor. Lo más recomendable es cocinarlo a la plancha o al horno durante pocos minutos.
Este pescado, ya sea fresco o ahumado también es un ingrediente habitual de riquísimas tapas.
Un kgr de salmón fresco
un vaso de vino blanco
un vaso de fumet de pescado
un manojo de espárragos trigueros
un vaso de nata (crema de leche)
200 gr de mantequilla
sal
Preparación:
Cortar el salmón en supremas o en rodajas. Sazonar.
Untar una fuente con la mitad de mantequilla, colocar el salmón, echar el vino y el fumet y poner la fuente en el horno precalentado a 160 grados, durante unos 10 minutos.
Trocear los espárragos, en una cazuela con agua y sal, les damos un hervor, escurrimos y reservamos.
En una sartén fundir la mantequilla restante, saltear los espárragos, añadir el jugo de la cocción del salmón, la nata (crema de leche) y dejar cocer unos minutos.
Reservar unos cuantos espárragos y pasar la salsa por la batidora, (si la quieres mas fina, por un colador chino), y de nuevo le damos un hervor para calentarla.
Emplatar el salmón, echar la salsa por encima y acompañar con los trigueros troceados. Servir bien caliente.
Con este plato un buen vino blanco fresquito casa estupendamente.
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Fuente: este post proviene de La cocina de Catina, donde puedes consultar el contenido original.
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