Creo que con este postre le pongo fin a la semana de San Valentín. Como colofón no está mal. La delicadeza del sabor y la textura de esta tarta es refrescante y deliciosa. Cuando utilizo una receta del libro Ladurée Sucré no fallo, aunque sea la primera vez que la hago. Este pequeño pecado es uno de los que probé en la pastelería de Ladurée en París. La he hecho en tres versiones: con frambuesas, con frutos rojos variados y en forma de tartaleta con mermelada de moras casera. Pues no sé con cual quedarme. La hemos tomado el fin de semana con un vino italiano, Fragolino, con cava y con un smoothie de frutos rojos. Llevo un fin de semana de antioxidantes … que ya he llenado los depósitos al máximo. Para la versión con frambuesas he utilizado fruta fresca. Para la versión de frutos rojos variados he empleado una bolsa de congelados del Lidl con muy buen resultado. Me gustó tanto que hice un smoothie de frutos rojos con los que me sobraron.
Hoy he incorporado una fruta a mi repertorio de la Dulcepedia de Tarta de manzana, el maracuyá o fruta de la pasión.
La receta incluye una cantidad de puré de esta fruta. Hace un tiempo compré esta lata para evitarme la faena de hacer el puré casero. Cuál ha sido mi sorpresa al ver que la pulpa y las semillas andaban sueltas en un almíbar. Después de colar, calentar para evaporar agua, colar, calentar, y pasar otra vez por un colador de hilo fino conseguí obtener un puré. Yo que pensé que iba ser abrir y listo, si lo sé compro la fruta y hago yo misma el puré.
Esta fruta tropical proviene de la planta homónima, y posee una flor muy llamativa y especial: la pasionaria. Su apariencia es similar a una corona de espinas y los colonizadores españoles al verla, relacionaron sus elementos con los que se usaron en la Crucifixión de Jesús y bautizaron al maracuyá como el "fruto de la Pasión".
Es una fruta originaria de Centroamérica aunque en la actualidad se cultiva en tres continentes del hemisferio sur con variedades diferentes. La fruta de la pasión amarilla (P. Edulis flavicarpa) es de color amarillo, en forma de baya y con un sabor agridulce. La fruta de la pasión morada (P. Edulis sims) es más pequeña y de color púrpura o morado. La granadilla (P. Edulis Ligularis), es otra variedad de la fruta de la pasión también conocida como granadilla dulce, de color anaranjado, dorado o amarillo pardo con pequeñas pintas blancas.
Es una fruta dulce, refrescante y de fácil consumo, rica en sustancias de acción antioxidante, motivo por el cual su consumo es adecuado, teniendo en cuenta además sus propiedades nutritivas, para toda la población: niños y jóvenes, adultos, deportistas, mujeres embarazadas o madres lactantes y personas mayores.
El agua es su principal componente. Contiene una alta cantidad de hidratos de carbono por lo que su valor calórico es muy elevado. Cabe destacar su contenido de provitamina A, vitamina C y respecto a los minerales, su aporte de potasio, fósforo y magnesio. La variedad amarilla es más rica en minerales y en provitamina A que la morada. Además, contiene una cantidad elevada de fibra, que mejora el tránsito intestinal y reduce el riesgo de ciertas alteraciones y enfermedades.
Está disponible desde octubre hasta abril, si bien su mejor temporada es en invierno. La fruta de la pasión tiene una piel lisa que se arruga al poco de comprarla, lo que indica que está madura y que ha sufrido una pequeña pérdida de humedad. Las frutas arrugadas deben consumirse con la mayor brevedad.
La granadilla se debe dejar a temperatura ambiente para que madure y su sabor se suavice y dulcifique. Una vez madura puede guardarse en la nevera durante una semana o se puede congelar en piezas enteras o extrayendo la pulpa, manteniéndose así en óptimas condiciones durante meses.
La mayor parte de la producción de la fruta de la pasión o maracuyá se dedica a la elaboración de zumo, aunque también está ganando popularidad como postre. La pulpa gelatinosa se toma con la ayuda de una cuchara, usando la cáscara como recipiente. Resulta algo incómodo separar las semillas de la pulpa en la boca. Para obtener su jugo, se filtra la pulpa mediante un colador, y después se bate con batidora. Sirve como complemento para dar una nota de sabor exótico en zumos, sorbetes, macedonias de frutas, helados, cremas y diversos tipos de postres. La granadilla se toma con cucharilla y, a diferencia del maracuyá, las semillas resultan crujientes y deliciosas junto con la pulpa, de consistencia similar a una mermelada. Fuente.
¿Recordáis la tarta de mascarpone y fresas? Pues he utilizado la misma masa brisa con almendra, podéis ver en ese post el paso a paso. Esta vez he utilizado en lugar de la tartera un aro como hace Luis de My european cakes, solo que como no tengo aro pastelero he empleado el aro de mi molde de cheesecake sin la base. Así te evitas forrar el molde por abajo y desmoldar luego es más fácil porque la base va directamente sobre el papel de horno y la bandeja. Sólo hay que recortar tiras para los laterales previamente untar de mantequilla o aceite desmoldante. Si preferís podéis utilizar un molde de tarta al uso.
El relleno es mejor prepararlo un día antes y dejarlo refrigerar toda la noche cubierto con film (mínimo 12 horas). También podemos preparar la base y guardarla en envase hermético. Al día siguiente rellenamos con la crema de maracuyá que estará firme pero manejable y decoramos con frambuesas, si la vamos a tomar más tarde la refrigeramos sino ya está lista para servir. Si os gusta cremosa pero firme le ponéis 2 hojas de gelatina, si la queréis aún más firme ponedle 3. En Ladurée le ponen además una capa gelificante cubre tartas sobre el relleno, luego las frambuesas y luego decoran con coulis de frambuesas con un pequeño y fino detalle que va de frambuesa a frambuesa tal que así:
Pero como veis, al natural queda también muy bonita, quizá en la próxima tarta rice el rizo. Y ahora vamos con la receta, ingredientes a temperatura ambiente, a no ser que se especifique lo contrario.
Tarta de fruta de la pasión y frambuesas
INGREDIENTES para 8 raciones:
RELLENO
– 250 g de mantequilla
– 2 láminas de gelatina (o 1/2 cucharada o 1/2 TBSP de gelatina en polvo)
– 2 huevos M + 1 yema de huevo
– 150 g de azúcar
– 1 cucharadita o TSP de almidón de maíz o Maizena
– 125 g de puré de fruta de la pasión o maracuyá
– 1 cucharada o TBSP de zumo de limón
BASE (pasta de almendra azucarada):
– 120 gr de mantequilla bien fría
– 70 gr de azúcar glas
– 25 gr de almendra molida
– una pizca de sal
– una pizca de vainilla en polvo (opcional)
– 1 huevo M
– 200 gr de harina de todo uso
DECORACIÓN
– 400 g de frambuesas frescas
RELLENO
Primero preparamos el relleno: coloca las hojas de gelatina en agua fría para que se ablanden, unos 10 minutos. En un bol bate los huevos, la yema, el azúcar y la maicena. Luego añade el puré de fruta de la pasión y el zumo de limón. Escurre las láminas de gelatina y reserva. Calienta la mezcla en un cazo a fuego lento sin dejar de remover hasta que tenga un aspecto cremoso y espese un poco. Retira del fuego e incorpora las hijas de gelatina hidratadas. Deja que se tibie un poco.
En un bol, con la ayuda de unas varillas eléctricas o robot de cocina, bate la mantequilla pomada y añade la mezcla tibia hasta que se homogeneice, remueve la mantequilla de las paredes. Vierte en un recipiente hermético y deja refrigerar durante unas 12 h. Mientras prepara la base.
BASE
Esta masa es similar a la pasta brisa, pero otra versión, es frágil y quebradiza pero lo era más la masa quebrada que utilicé para la tarta de manzana. Podéis hacerla a mano o con el gancho amasador de vuestro robot de cocina. Primero preparamos el molde con mantequilla o aceite desmoldante. Luego cortamos la mantequilla en dados pequeños y la trabajamos hasta que quede homogénea. A continuación uno a uno vamos añadiendo el resto de ingredientes. Hasta que uno no esté integrado no agregaremos el siguiente. Lo haremos en este orden: azúcar glas tamizado, almendra molida, sal, vainilla, huevo y harina. No sobrebatir, cuando tenga aspecto desmigado amasar a mano hasta formar una bola. Esto le dará a la pasta su textura quebradiza. Hacer una bola y cubrir con papel film, refrigerar al menos 2 horas. Podéis prepararla la noche de antes si queréis. Sacar de la nevera y extender sobre una superficie enharinada. Ha de tener 2 ó 3 mm de grosor. Con esta cantidad os da para forrar un molde o tartera grande. Forrar el molde, cubrir con papel vegetal o de horno y colocar peso encima (por ejemplo alubias secas). Refrigerar durante una hora y luego hornear a 170º, a media altura con calor arriba y abajo, unos 25 minutos hasta que la masa esté ligeramente dorada. Una vez hecha sacar del horno y con cuidado retirar las alubias y el papel, si hace falta hornear 5 minutos tal cual. Mucho cuidado al retirar el papel y el peso, la masa es quebradiza. Esta vez hice dos tartas la primera quedo perfecta, la segunda se rompió un trozo del borde de la masa pero lo pude disimular. Y como una imagen vale más que mil palabras, cómo hacer y forrar un molde tradicional con pasta brisa o similar, paso a paso aquí.
¿No digáis que no ha quedado una base propia de una pastelería francesa? Pues ahora toca rellenarla, una vez fría, y decorar con frambuesas.
No sólo es bonita y vistosa sino que está realmente deliciosa, con frambuesas o con …
frutos rojos del bosque (en versión congelada).
En forma de tarta o de tartaleta de corazón (muy San Valentín), con arándanos…
o con mermelada de moras casera.
Acompañada de un rico y saludable smoothie de frutos rojos (prometo receta para el próximo post) ya es el sumum.
Como veis la he disfrutado todo el fin de semana, y mi marido, mis amigos, …, les ha encantado a todos. Espero que os animéis a hacerla.
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