Ya llegamos al último día del año. Quien más y quien menos habrá hecho balance de lo acontecido en su vida en el pasado 2014.Todos llenamos los platillos de la balanza con los deseos cumplidos, las ilusiones que no cuajaron, los sueños aún faltos por realizar o los que si se culminaron.
Lo que si es cierto es que aunque la balanza se incline más hacia el lado menos favorable, todos debemos hacer el análisis de lo bueno que existe en nuestra vida. Sintámonos satisfechos por los logros, aunque sean muy chiquititos, y pensemos que el Nuevo Año nos brinda un montón de posibilidades para ser aprovechadas.
Aunque sea una frase muy manida, yo sólo siento deseos de Paz. Paz en nuestro corazón para sobrellevar las dificultades cotidianas y anhelo de Tranquilidad para realizar nuestras tareas en beneficio de todos, nosotros mismos y los que nos rodean.
Bueno! Me estoy poniendo muy sentimental y no quiero resultar muy empalagosa. Para ello os traigo esta tarta, llamada la Exculpatoria por ser un remate falsario a una comida o cena opípara. Como tiene naranja, pensamos que así expiamos nuestra culpa por habernos zampado un montón de manjares. Engañemos o no a nuestra conciencia, el resultado es una tarta cremosa, dulce y tremendamente sencilla de realizar.
Mi hermano Jaime la trata con recelo, pues es una receta "viejuna" -que no vintage- que hacía nuestra madre cuando éramos niños. Él dice que "nos castigaba" con la tarta, por lo reiterativo de su presencia en nuestra mesa. Por cierto, gracias a Marilo, por ser la instigadora al haber pasado la receta a mi madre...
Para 12 personas:
1 sobre de gelatina Royal de naranja
1/2 vaso de azúcar
1 vaso de zumo de naranja (mejor natural)
1/2 vaso de agua
2 briks de nata (crema de leche) de 200 mL o 1 envase de leche evaporada Ideal
1 paquete de sobaos (yo utilicé cortaditos, que son un poco más ligeros)
fresas, kiwi, granada, hojas de menta, mandarina... para decorar
Se pone en un cazo a calentar el zumo, el azúcar, el agua,la leche evaporada o la nata (crema de leche) y el sobre de gelatina, sin parar de mover y sin que llegue a hervir, hasta que se disuelve bien la gelatina sin dejar grumos.
Se pone la mezcla en un molde (caramelizado o no, lo dejo a vuestra elección) rectangular y se cubre con los sobaos o cortaditos.
Se deja enfriar y se introduce en el frigorífico, donde permenecerá 6 horas hasta que cuaje. Si tenéis mucha prisa podéis, una vez frío, acelerar el proceso metiéndolo en el congelador.
Se desmolda volcándolo en un plato y se decora on rodajas de naranja o mandarina, kiwi, fresas... lo que tengáis.
Aquí tenéis el carrito de postres: macedonia de un montón de frutas, quesada de yogur grieo y chocolate y esta tarta de naranja que pusimos en Navidad.
FELIZ AÑO 2015 para tod@s!!!