Esta receta es otra joya de mi amiga Pepa. De ella he aprendido muchas cosas en distintos ámbitos, pero en lo que a gastronomía se refiere, no es la primera receta que pongo de su repertorio y a cual mejor. Este concretamente es un bizcocho de su Ronda natal, que me llamó la atención porque no tiene huevos, de hecho ella no lo llama bizcocho, sino torta de aceite, y tengo que deciros que las veces que lo he hecho, que ya han sido unas pocas, ha tenido un éxito absoluto. Para las tardes lluviosas de invierno es ideal {y para cuando no tienes huevos y quieres dulce, también} Otra vez gracias Pepa, por todo.
Ponemos un vaso de aceite de oliva con una cucharada de matalahuva a calentar en una sartén y freimos unos minutos para que el aceite coja el sabor. Apartamos.
En el bol del robot echamos un vaso de leche, un vaso de azúcar moreno, dos vasos y medio de harina de reposteria, un sobre de levadura, un chorro de anís dulce, el aceite que hemos frito {colado, sin la matalahuva} y amasamos bien unos 4-5 minutos, hasta que la masa esté totalmente integrada.
Por último le ponemos un puñado de pasas {previamente remojadas en agua caliente, durante el tiempo que hacemos la masa}, un puñado de almendras y un puñado de nueces. Volvemos a mezclar y vertemos en un molde no muy grande engrasado. Podemos decorar poniendo por encima unas almendras.
Horneamos a 180º durante 30 minutos.
Lo dejamos enfriar en una rejilla y espolvoreamos con azúcar glass.