Además, su contenido en antioxidantes y fibra le confieren excelentes propiedades saludables, convirtiéndola en una opción estupenda para incorporar en nuestros menús de manera creativa.
Sin embargo, el valor de la rúcula no se limita a sus atributos nutricionales, ya que su sabor único la convierte en una opción versátil que puede realzar el gusto de numerosos platos. Hoy exploraremos tres recetas creativas con rúcula que van más allá de la ensalada. ¡Toma nota!
1. Espaguetis con rúcula, limón y queso parmesano
Ingredientes:
200 g de espaguetis
100 g de rúcula fresca
1 limón (ralladura y zumo)
2 dientes de ajo, picados
60 ml de aceite de oliva extra virgen
50 g de queso parmesano rallado
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
Cocina los espaguetis en agua salada hirviendo según las indicaciones del paquete hasta que estén al dente. Antes de escurrirlos, reserva unos 250 ml del agua de cocción.
Mientras se cuecen los espaguetis, calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Añade el ajo picado y sofríe hasta que esté dorado. Agrega la rúcula y remueve hasta que se marchite.
Incorpora los espaguetis escurridos a la sartén con la rúcula, añade la ralladura y zumo de limón, el queso parmesano y el agua de cocción reservada. Remueve bien hasta obtener una salsa cremosa. Salpimienta al gusto y sirve de inmediato. Si quieres agregar un aporte extra de proteína a este plato, puedes incorporar un par de latas de atún a la receta.
2. Pizza de rúcula y prosciutto
Ingredientes:
1 base de pizza
250 g de salsa de tomate
150 g de mozzarella rallada
100 g de prosciutto
100 g de rúcula fresca
Un chorrito de aceite de oliva extra virgen
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
Precalienta el horno a 220°C. Mientras tanto, coloca la base de pizza en una bandeja para horno.
Extiende la salsa de tomate sobre la base de la pizza, asegurándote de dejar un pequeño borde para la corteza. Espolvorea la mozzarella rallada uniformemente sobre la salsa de tomate.
Coloca la pizza en el horno y hornea durante unos 10-12 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y el queso burbujeante.
Mientras la pizza está en el horno, coloca las lonchas de prosciutto sobre una tabla de cortar y corta en trozos pequeños.
Una vez que la pizza esté lista, retírala del horno y cubre con el prosciutto y la rúcula. Rocía un poco de aceite de oliva extra virgen por encima, y si lo deseas, agrega un toque de sal y pimienta. Sirve de inmediato.
3. Enrollado de pollo relleno de rúcula y queso feta
Ingredientes:
2 pechugas de pollo (aproximadamente 200 g cada una)
100 g de rúcula
100 g de queso feta
2 cucharadas de aceite de oliva (30 ml)
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
Precalienta el horno a 200°C. Mientras tanto, aplana las pechugas de pollo hasta que tengan un grosor uniforme.
Distribuye la rúcula y el queso feta uniformemente sobre cada pechuga de pollo. Enrolla las pechugas de pollo alrededor del relleno y asegura con palillos de dientes si es necesario.
Calienta el aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto. Añade los enrollados de pollo y fríe hasta que estén dorados por todos los lados, aproximadamente de 3 a 4 minutos por lado.
Transfiere los enrollados de pollo a una fuente para horno y hornea durante 15-20 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido.
Deja reposar los enrollados de pollo durante unos minutos antes de retirar los palillos de dientes. Sirve caliente.
Estas tres recetas demuestran la versatilidad de la rúcula en la cocina. Ya sea en una pasta ligera y refrescante, en una pizza deliciosa y salada, o en un sabroso plato principal, la rúcula aporta un toque de sabor que es difícil de superar.
Así que la próxima vez que compres rúcula, considera estas recetas y experimenta con nuevas formas de disfrutar de esta hoja verde saludable y sabrosa.
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