Las albóndigas son un plato que admite múltiples variaciones para todos los gustos, se pueden hacer de distintos tipos de carnes, tanto solas como mezcladas entre ellas, personalmente me gusta hacerlas de mezcla de ternera y cerdo porque quedan más jugosas.
Le tengo una especial manía al ajo por lo que suelo poner muy poca cantidad, para mi quita el sabor del resto de ingredientes, pero como para gustos: colores, cada uno que ponga la cantidad que quiera.
La combinación del azafrán de hebra con un poquito de jengibre le dan a estas albóndigas un toque especial.
Para hacerlas vamos a necesitar:
½ kilo de carne picada mezcla cerdo/ternera
Un diente de ajo pequeño
Un trozo de pan duro
1 vaso de leche
2 huevos pequeños
Sal, pimienta
Harina para rebozar
Aceite de oliva
Para la salsa:
1 cebolla grande
1 hoja de laurel
Un cucharadita de jengibre en polvo
Unas hebras de azafrán
1 vaso de vino blanco
Una cucharadita de harina
Agua, sal
Ponemos en un bol la carne, salpimentamos, añadimos el ajo cortado pequeño, los huevos y el pan remojado en la leche, amasamos bien y formamos las albóndigas (no excesivamente grandes) pasamos por harina y freímos en aceite de oliva caliente hasta que estén bien doradas, reservamos.
Tomamos un poco del aceite de freír las albóndigas (siempre y cuando no se haya quemado mucho) y ponemos la cebolla a pochar a fuego lento con un poco de sal, añadimos el laurel y dejamos que se haga muy lentamente.
Cuando la cebolla esté bien pochada añadiremos las hebras de azafrán desmenuzadas y la cucharadita de jengibre, damos unas vueltas, ponemos una cucharadita de harina, dejamos que se cocine un poco y luego pondremos el vino blanco que dejaremos reducir.
Una vez que tengamos el vino reducido añadiremos las albóndigas, cubrimos con agua y dejamos cocer hasta que nos quede una salsa espesa.