Esta receta árabe, mediterránea, libanesa... muchos se disputan su paternidad, es la típica que comes fuera de casa y no te atreves a hace pensando que será tan exótica que no te va a salir bien.
Nada más lejos de la realidad. Sólo necesita un par de ingredientes que no se tienen en las casas españolas habitualmente, pero que una vez introducidos en nuestra nevera sirven para otras recetas y duran mucho.
Se trata del tahine o pasta de sésamo molido y el aceite de sésamo que es fácilmente sustituible por el aceite de oliva (yo añado los dos).Si lo hacéis una vez ya os haréis adictos (igual me pasa con el hummus o patê de garbanzos, cuya receta tenéis pinchando aquí) y os lanzaréis a prepararlo vosotros mismos.
Para un par de cuencos hermosos:
2 berenjenas
1 limón en zumo
1 cucharada de tahine
2 dientes de ajo
1 cucharada de aceite de sésamo
cominos
aceite de oliva virgen extra
sal
sésamo tostado para decorarSe precalienta el horno a 180º C con calor arriba y abajo. Se cortan las berenjenas por la mitad, se hacen unos cortes en diagonal, se untan con aceite de oliva y se asan durante 45 minutos, dándoles la vuelta a la mitad de la cocción.
El resultado que queremos obtener es éste:
Se espera a que se enfríen y se pela la piel con las manos. Se pone la pulpa en un bol grande y se desmenuza, también con los dedos o con la ayuda de un tenedor. Es importante no meter la batidora eléctrica, pues el resultado no es el mismo - es necesario encontrar trozos más gruesos de berenjena-.
Se añaden los dos ajos picados muy finos, el zumo de limón, la cucharada de tahine y el aceite de sésamo. Se sala y se añade una pizca de cominos. Se mezcla bien todo para que quede una pasta no muy fina.
Se rectifica de sal, limón o aceite (de oliva si queréis mejor) y se sirve espolvoreado con sésamo tostado y acompañado de pan de pita o de colines o "regañás" como veis en mi foto.
Sólo así para dipear está exquisito, aunque podéis usarlo de acompañamiento para carnes o pescados o con unas crudités de zanahoria, apio...