¡Muy buenas gastrolovers!
Hoy os traigo mi primera receta con semillas de papaya.
Por si alguien se está preguntando si las semillas de papaya realmente se pueden comer: Si, las semillas de papaya son comestibles y sus propiedades van desde la regulación del tránsito intestinal y la actuación contra parásitos intestinales,hasta la desintoxicación y fortalecimiento del hígado. Para esto último son muy utilizadas en la medicina tradicional china y en Japón.
Además, se ve que en países cómo Alemania es una práctica habitual añadirlas a ensaladas de todo tipo (¡y yo que pensaba que acababa de descubrir América!).
¿A qué saben las semillas de papaya?
Si probáis una degustándola conscientemente, veréis que tiene un sabor entre el picante de la mostaza, el de los granos de pimienta y el de los rabanitos. Me recordaron mucho a los brotes de berro.
Si no sois muy picantes (gastronómicamente hablando, claro), os recomiendo elegir una papaya pequeña, sus semillas son más dulces que las de las grades.
No os voy a engañar, la receta que os presento se puede hacer perfectamente sin semillas de papaya, pero le dan un toque muy interesante.
Cómo no podría ser de otra forma, os he dejado el tema “Papaya” de Leander Jinik & Lilli al final de nuestra lista de reproducción “Healthy Garnnacha” de Spotify. Espero que os inspire para preparar este plato. Veréis que es súper fácil y rápido de hacer.
Ingredientes para el parmesano raw:
– 2 puñados de almedras
– 1 CS de levadura de cerveza desamargada
– Una pizca de sal y pimienta
– Una pizca de ajo en polvo
– Unas gotas de limón
Lo único que tenemos que hacer es triturar las almendras en la batidora o procesador y meterlas en un tarrito de cristal. Añadimos el resto de los ingredientes, cerramos el tarro y agitamos.
Por supuesto también podemos mezclarlo en un bol o cualquier otro recipiente, pero será más cómodo de almacenar en el frigorífico en un tarro con su tapadera.
Esta es la receta básica, siempre podemos aromatizar nuestro queso con un poco de perejil seco o cualquier otra hierba aromática o especie.
Ingredientes para el brócoli:
– 1 Brócoli
– 1 puerro
– 1 dado de jengibre fresco
– 2 CP de semillas de papaya (podéis desayunar papaya y guardar unas semillas en un bol tapado en el frigorífico hasta la hora de comer)
– 1 CS de AOVE o aceite de coco virgen extra
– 1 CP ajo en polvo
– Sal y pimienta al gusto
1) Lavamos las semillas de papaya y las separamos de la fibra naranja que las acompaña. Reservamos.
2) Ponemos a hervir agua con sal. Lavamos el brócoli y le quitamos el tallo (ya os he comentado alguna vez que, si le quitamos la piel gruesa al tallo del brócoli, el interior, que es de color blanco cómo el de los rábanos, lo podemos comer crudo tal cual o con un poco de sal, ¡a mi me chifla!), separamos las flores y lo hervimos con la olla tapada durante 3 – 5 minutos. Tiramos el agua y reservamos.
3) Cortamos el puerro por la mitad de forma trasversal. Las dos mitades que nos quedan las cortamos a lo ancho, de forma que nos queden 4 trozos iguales. Esos trozos los vamos a laminar y a sofreir en una sartén con un poco de AOVE, sal, pimienta, el jengibre y el ajo en polvo. Cuando esté blandito, sacamos el jengibre (lo hemos utilizado solo para aromatizar levemente nuestro sofrito) y lo mezclamos con el brócoli.
4) Espolvoreamos con nuestro queso parmesano vegano, las semillas de papaya y ¡listo!
En las fotos veréis que le eché unos brotes de alfalfa (me encantan), podéis echarle cualquier tipo de brotes que tengáis por casa.
Espero que os haya gustado este plato y, recordad…
¡Las recetas están para cambiarlas!
¡Un abrazo enorme gastrolovers!