En esta ocasión os traigo la receta de un plato súper sofisticado, pero relativamente sencillo de realizar.
Se trata de una crema de acelgas, decorada con pimientos rojos de lata, sobre dicha crema descansan unos garbanzos con cebolla y longaniza, a su vez cubiertos por un huevo cocido con forma de pata pollo.
A ver quién no alucina con esta presentación y le estamos sirviendo unas simples acelgas con garbanzos.
Ingredientes (2 personas):
Acelgas
200 cl de nata (crema de leche) para cocinar
2 pimientos rojos de lata
½ bote de garbanzos cocidos
1 cebolla
1 pimiento italiano
1 longaniza
2 huevos
Sal
Aceite
Preparación:
Lavamos, troceamos y cocemos en agua las acelgas hasta que estén tiernas.
Escurrimos las acelgas, las unimos a la nata (crema de leche) y las trituramos con la batidora, reservándolas.
Escurrimos los garbanzos.
Mientras los garbanzos se escurren, pelamos y troceamos la cebolla en juliana.
Eliminamos las semillas del pimiento y lo troceamos también en juliana.
Calentamos aceite en una sartén y freímos la cebolla y el pimiento salándola para ayudar a sudar las verduras.
Troceamos una longaniza y la doramos un poco junto la cebolla y el pimiento.
Cuando empiece a tomar color la longaniza, añadimos los garbanzos y les damos unas vueltas también en la sartén.
En una cazuela de poco fondo, añadimos agua, colocamos unos moldes de silicona previamente aceitados y cascamos en el interior de cada molde un huevo crudo, cociéndolo hasta que cuaje la clara.
Ya solo nos resta montar el plato.
Sobre el fondo del plato donde vayamos a servir colocamos dos o tres cucharadas soperas de la crema que acelgas que teníamos reservada.
En el centro del plato colocamos un aro de en-moldar y vamos llenándolo con los garbanzos, con la cebolla, el pimiento y la longaniza, presionando bien para que no se nos desmonte al desmoldar.
Hacemos lo mismo con el segundo plato.
Desmoldamos y colocamos con cuidado sobre los garbanzos nuestro huevo con forma de pata pollo.
Antes de servir, calentamos en el horno a 150º unos 15-20 minutos, a partir de horno frío.
No gratinar, para que no se nos cuaje la yema y podamos mojar sopitas en ella.