Adoro aquellos días en los que me toca quedarme en casa sola y sin hacer nada. Es un decir, claro… en casa siempre te lías con una cosa y con otra.
Básicamente porque eso, ahora mismo, quiere decir dos cosas: o que me he puesto mala (esta opción no mola, pero no pasa a menudo) o…
¡Que tengo unos días de vacaciones! ¡Oleeeee!
Y en esa paz como que se despierta la cocinerilla que hay en mi y preparo cosas. Total, comer hay que comer igual, tanto si estamos trabajando como si estamos en casa. Pues ya que estamos en casa, aprovechamos y lo hacemos a lo grande: con cariño, con esmero y bien preparado aunque se trate de cocinar para una misma, que es la actitud con la que se tendría que entrar siempre en la cocina. ¿O no? :)
Hace unas semanas me pedí unos días de vacaciones y, como aquellos perrillos que se quedan solos en casa y la lían parda, pues eso mismo hice yo: saqué todos los cacharros de la cocina, compré ingredientes varios y me lié a preparar cosas. Poco a poco os las iré enseñando.
De momento hoy traigo una crema de puerros, que para darle un poco más de gracia, lleva un jamón ligeramente salteado de manera que queda crujiente y se potencia el sabor salado.
No es una receta original, desde luego. Seguro que más de una vez la habréis probado. Pero esta tan rica… y es tan suave… y tan ligera… y tan bonita… Jajaja me ha venido a la cabeza la escena esa de Bichos: “no Harry, no vayas a la luz” y Harry “no puedo evitarlo, es tan bonita…”
Pues eso, que es irresistible. Y por todos estos motivos, me apetece enseñaros cómo la preparo.
Crema de puerros con jamón crujiente (para 2 personas)
2 puerros
1 patata mediana
1/2 cebolla
2 cucharadas de aceite
100 grs. de jamón
100 ml. de leche
300 ml. de caldo de ave
Preparación
1. Nos quedaremos con la parte blanca de los puerros. Bueno, yo no soy mucho de apurar las verduras y siempre pongo un poco más arriba para dejar algo de verde, pero poca cosa porque si nos pasamos quedarán hilos y no tendrá buen sabor. Los lavamos bien y nos aseguramos que no quedan restos de tierra. A veces es necesario quitar las hojas exteriores porque la tierra se ha colado entre las primeras hojas, conviene revisar eso.
2. Pelamos la patata y la cortamos en dados. También cortamos los puerros en porciones del mismo tamaño que la patata, más o menos.
3. Pelamos y cortamos la cebolla de la misma manera que el resto de verduras
4. Salteamos todas las verduras juntas con el aceite durante 5 minutos, removiéndolo.
5. Añadimos el caldo y lo dejamos que hierva a fuego medio durante 25 minutos. Mejor si lo dejamos tapado para que no evapore demasiado líquido, no queremos un puré.
6. Pasado ese tiempo incorporamos la leche y lo dejamos 5 minutos más.
7. Mientras tanto, podemos aprovechar estos últimos 5 minutos de hervor para preparar el jamón crujiente: Lo cortamos en tiras finas y lo saltearemos en una sartén con muy poquito aceite, casi hecho a la plancha.
8. Trituramos bien la crema. Nos puede llevar unos minutos en la batidora de cuchillas, pero es tiempo bien invertido, porque así nos quedará bien fina.
9. Finalmente la servimos con el jamón por encima y lista para comer
A la crema de puerros muchas veces se la llama Vichysoisse, pero por lo que he leído en la receta de crema de puerros que tienen en Recetas de Rechupete, esa tiene dos características que ni la suya ni la mía tienen: que la Vichysoisse lleva nata (crema de leche) y se sirve fría. Ninguna de las dos nuestras cumplen con “los requisitos” así que si ellos deciden no llamarla Vichysoisse, yo tampoco ;)
No, ahora en serio, la mía (y supongo que la suya también) se podría tomar fría también. Fría sacada de la nevera igual no, pero templada o a temperatura ambiente, bien podría ser un plato para el verano.
En definitiva, que nos podemos lanzar a los puerros tranquilamente este verano, que no nos harán sudar como si comiéramos un potaje.
¡A disfrutarla y a pasar un buen fin de semana!